El príncipe Oscar se ha convertido en el mejor acompañante de su madre durante sus viajes al extranjero. Del mismo modo que le veíamos pasear hace tres meses por Nueva York, entre compromiso y compromiso de la princesa Victoria con las Naciones Unidas, esta semana, el bebé, tercero en la línea de sucesión al trono sueco, ha vuelto a viajar con sus padres, esta vez a Italia.
Su corta edad, apenas acaba de cumplir siete meses, ha llevado a la heredera sueca a tomar la firme decisión de integrarlo de alguna manera en su agenda internacional cuando permanece muchos días fuera de casa.
- Estelle de Suecia 'desempolva' el vestido más navideño de su madre
- Las damas de la Familia Real sueca despliegan su 'glamour' en la noche de los Nobel
La princesa Victoria, madre del pequeño Oscar, siempre ha fomentado que su hija mayor y heredera, la princesa Estelle, participe desde temprana edad en actividades institucionales en su compañía. Por este motivo, no ha llamado tanto la atención que pensase que su bebé –que cumplirá un año el próximo mes de marzo- se estrenase, en cierta medida, a tan temprana edad en una actividad de estas características (aunque sólo sea durante unos pocos minutos de su viaje).
Aunque la visita de oficial a Italia ha durado varios días, no ha sido hasta su última etapa, en Milán, cuando por fin la pareja ha mostrado a su pequeño en público. En brazos de su madre, el pequeño ha hecho su esperada aparición ante la multitud de curiosos que se habían acercado hasta la estación de Milán a ver como bajaban de su tren los príncipes Victoria, Daniel y Oscar.
Una imagen sin duda para el recuerdo, ya que pocos príncipes suelen acompañar a sus progenitores durante este tipo de viajes desde tan pequeños. Oscar ha sido testigo del intenso calendario de actividades que ha conducido a sus padres por la geografía italiana durante los últimos días para promover asuntos relacionados con la salud y la cultura, y potenciar algunos de los negocios más importantes de su país.
Jornadas, que además de la aparición estelar del pequeño, han dejado otras simpáticas anécdotas, que han demostrado una vez más, la simpatía y la espontaneidad que marcan el día de día del matrimonio, como el gol del príncipe Daniel en uno de los entrenamientos del club de fútbol AS Roma o los pinitos como cantante de coro de la Princesa durante la visita a un convento romano.