Tuvieron un largo y nada fácil noviazgo, superaron todas las pruebas, celebraron una gran boda real y se convirtieron en padres. Carlos Felipe y Sofia de Suecia han ido cumpliendo todo lo que se han propuesto. Sin embargo, lo que aparentemente parecía más fácil no termina de llegar nunca. Como los protagonistas de la mítica película de los ochenta, Esta casa es una ruina, los Príncipes de Suecia no logran instalarse en el hogar de sus sueños.
Villa Solbacken es la residencia que heredó el Príncipe de su tío Bertil y en donde deseaba formar su familia con Sofia, pero como en la citada película protagonizada por Tom Hanks… las obras y los contratiempos no paran de llegar. Si el pasado agosto se apuntaba a la posibilidad de que Alexander de Suecia cumpliera su primer año en esta casa de Estocolmo, ya que la finalización de obra estaba prevista para marzo de 2017, ahora desde la corte no aseguran que este plazo se vaya a cumplir.
“Los trabajos de renovación están en marcha, es cierto, pero no se puede decir con certeza cuando terminarán. Es una renovación muy amplia”, aseguran desde el departo de finanzas de la corte al medio sueco Expressen, que publica que todo apunta a que el Alexander no sople la primera vela de su tarta, el próximo 19 de abril, instalado en su nueva casa.
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“La idea por supuesto es que esté terminada lo antes posible, pero esto llevará el tiempo que sea necesario”, concluye sobre una extensa renovación que comenzó a principios de 2015, incluso antes de que la pareja se diera el “sí, quiero” el 13 de junio de ese mismo año. Al no ser un residencia oficial, la libertad de los Príncipes a la hora de remodelarla y adaptarla a su gusto es total –advierten desde la Casa Real- por lo que, según el citado medio sueco, los Príncipes han contratado artesanos para hacer, por ejemplo, nuevos balcones. Sin embargo, a esta fase se llegará después de la extensa remodelación que ha incluido, entre otras cosas, la retirada del amianto o la renovación de todos los sistemas de suministro.
La casa, que actualmente se encuentra totalmente cubierta de andamios y plásticos, es la “meta” en la que los Príncipes han puesto su mirada en unos últimos años marcados por las mudanzas, la última fue calificada por los medios del país de “secreta”, la Casa Real comunicó que se debía a “motivos de seguridad” y tuvo lugar dos semanas antes de que naciera el príncipe Alexander.
Si todo va bien, algo que ya dejan caer que es improbable, la ansiada “mudanza final” tendría lugar dos años y tres meses después de comenzar unas obras que al principio iban a terminar para que la pareja se pudiera instalar aquí tras su boda. De no ser así, los Príncipes continuarán a la espera para entrar en Villa Solbacken, situada en Djurgarden. Hay que recordar que aunque su tío y padrino, con el que tenía un estrecha relación, dejó en herencia la propiedad a Carlos Felipe tras su muerte en 1997, no fue hasta 2013 cuando pasó a manos del Príncipe, tras el fallecimiento de la mujer de Bertil, la princesa Lilian, con la que había protagonizado una de las historias de amor más bonitas de la realeza.