Quedan veinte días escasos para el gran día del pequeño Alexander. Carlos Felipe y Sofia de Suecia preparan con mimo el bautizo real de su hijo y se encargarán de supervisar personalmente cada detalle que rodea la ceremonia, desde la elección de las flores hasta las lecturas, pasando por la música del coro y el menú de la recepción posterior, preparativos muchos de los cuales no se revelarán hasta casi, casi el último momento. Pero estamos de suerte. Estos días, varias semanas después de que las invitaciones salieran de Palacio y de que las vacaciones impusieran silencio informativo, vuelven a desvelarse nuevos datos sobre la organización del esperado acontecimiento que tendrá ocasión a la vuelta del verano.
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La Casa Real sueca ha abierto el plazo de acreditación para los medios de comunicación, del 15 de agosto al 2 de septiembre, y ha dado a conocer además el programa oficial con horario detallado del bautizo real del príncipe Alexander, que tendrá lugar en la capilla del palacio de Drottningholm el próximo 9 de septiembre: de 11:00 a 12:00 los invitados harán su entrada por orden de protocolo a la iglesia; a las 12:00 dará comienzo el servicio bautismal, que será oficiado por el arzobispo Antje Jackelén, asistido por el capellán del Rey, el Obispo Johan Dalman, y por el pastor de la Real Academia, capellán regular de la Corte, Michael Bjerkhagen, igual que en el bautizo del príncipe Oscar, y a partir de las 13:00 continuará la celebración con una recepción y un almuerzo privado en palacio para los asistentes.
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Un máximo de 161 personas sentadas es lo que puede albergar el templo, por lo que será un muy exclusivo grupo de invitados los que asistan al bautizo real, entre los que se espera a la familia más inmediata del príncipe Alexander, a algunos miembros de las familia reales extranjeras (vecinas o de más allá), a representantes del parlamento y al gobierno oficial de Suecia. Para el bautizo de la princesa Leonore, que se celebró en la misma capilla, se cursaron exactamente 160 invitaciones.
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El pequeño gran protagonista, quinto nieto de los Reyes de Suecia y quinto en la línea de sucesión al Trono, recibirá con cinco meses entre costumbres centenarias las aguas bautismales procedentes de la isla sueca de Öland, como el resto de los miembros de la Familia Real sueca. Envuelto en batista de algodón, encaje de Valenciennes e historia real (los nombres y las fechas de todos los niños reales bautizados han sido bordados en el interior de la capa), el príncipe Alexander Erik Hubertus Bertil, Duque de Södermanland, lucirá en todo su esplendor el traje de cristianar de 110 años de tradición familiar.
Lo llevó por vez primera el príncipe Gustaf Adolf cuando fue bautizado en 1906 y, desde entonces, lo han usado todos los demás Bernadotte, generación tras generación, incluido el rey Carlos Gustavo, sus hermanas, las princesas Margaretha, Birgitta, Desirée y Christina; sus hijos, la princesa heredera Victoria, el príncipe Carlos Felipe y la princesa Magdalena, y en los nuevos tiempos sus nietos, la princesa Estelle, la princesa Leonore, el príncipe Nicolas y el príncipe Oscar hace apenas cuatro meses.
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Hasta aquí los primeros detalles bautismales. El próximo 27 de agosto Carlos Felipe y Sofia de Suecia abordarán entre preparativo y preparativo su primer compromiso oficial juntos tras las vacaciones: la celebración del centenario de la Asociación de la Herencia sueca, que será el primer acto del príncipe Carlos Felipe y el segundo de la Princesa, que reanudó la agenda oficial en solitario hace unas semanas, mientras que su marido como un verdadero príncipe azul cuidaba de su hijo. Luego volverán a lo suyo, a la organización milimétrica del bautizo de su hijo.