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Cambio de vestido, servilletas al cielo y mucho (pero mucho) baile: Lo que no vimos de la boda de Carlos Felipe de Suecia y Sofia Hellqvist


15 de junio de 2015 - 14:18 CEST

Suecia vivió el pasado fin de semana una gran Boda Real. El príncipe Carlos Felipe y Sofia Hellqvist celebraron un enlace de ensueño del que pudimos ver la ceremonia religiosa, el banquete, el romántico discurso del novio, la tarta nupcial y el vals con el que se inició el baile. Sin embargo, cuando las cámaras dejaron de grabar, la nueva Princesa de Suecia se cambió de vestido y el Palacio Real de Estocolmo se convirtió en una discoteca.

Fotografía oficial de la boda de Carlos Felipe de Suecia y Sofia Hellqvist
Fotografía oficial de la boda de Carlos Felipe de Suecia y Sofia Hellqvist

Como en cualquier boda el momento más íntimo y espontáneo de las celebraciones comienza cuando se apagan las luces y los invitados se hacen con la pista de baile. La boda del hijo de los soberanos suecos no iba a ser menos y reyes, reinas, príncipes o princesas disfrutaron de una divertida velada en la que no faltaron juegos de luces y algunos de los artistas más conocidos de Suecia.

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La princesa Sofia, pletórica de felicidad, abrió el baile con su Príncipe a golpe de vals con su vestido de novia diseñado por la sueca Ida Sjöstedt, pero consiente de que la noche daría para mucho, decidió quitarse el velo y ponerse un vestido que le permitiera bailar cómodamente. Sin quitarse su tiara, con un hombro al aire y también de blanco y de encaje, la novia estaba lista para el plato fuerte que estaba por llegar: el dúo sueco Icona Pop y el DJ Avicci, que protagonizó el punto álgido de la noche.

La princesa Sofia se cambió su vestido diseñado por Ida Sjöstedt para lucir uno con el que bailar toda la noche, pero ambos diseños tenían en común -además del color y la presencia de encaje- que dejaban ver su tatuaje con forma de sol
© Cordon Press
La princesa Sofia se cambió su vestido diseñado por Ida Sjöstedt para lucir uno con el que bailar toda la noche, pero ambos diseños tenían en común -además del color y la presencia de encaje- que dejaban ver su tatuaje con forma de sol

Con tantas emociones la nueva Princesa necesitó tomar un poco de aire y en un momento de la noche se acercó a una de las ventanas que estaban abiertas del Palacio Real. Allí se sentó a conversar con una de sus invitadas, momento en el que se pudieron apreciar algunos detalles de su nuevo vestido. Sin embargo, en cuanto volvió a sonar una de sus canciones favoritas se puso en pie y de cara hacía la ciudad de Estocolmo, bailó y agitó sus brazos, para después regresar a la pista de baile al lado de Carlos Felipe.

Con el DJ en el escenario, los novios se animaron a subirse para bailar junto a él algunos de sus temas más conocidos. Momento en el que la reina Silvia mostró su faceta más divertida y dejó ver lo feliz que estaba por enlace. La soberana –con su impresionante diadema de zafiros de Leuchtenberg y su banda de la Orden de los Serafines- subió junto a su hijo y juntos bailaron, agitaron unas servilletas e incluso hubo un momento en el que ella fingió sostener un micrófono entre sus manos mientras cantaba y saltaba al ritmo del DJ, para animar a los invitados a seguirla y demostrar que es una anfitriona con mucha marcha.

La reina Silvia se descubrió como una de las más animadas de la fiesta, subió al escenario junto a su hijo y el DJ Avicci, bailó, agitó su servilleta e incluso en un momento fingió tener un micrófono para acompañar al músico
© Cordon Press
La reina Silvia se descubrió como una de las más animadas de la fiesta, subió al escenario junto a su hijo y el DJ Avicci, bailó, agitó su servilleta e incluso en un momento fingió tener un micrófono para acompañar al músico

Uno de los invitados contó al medio sueco Aftonbladet que algunas invitadas se quitaron sus zapatos de tacón y los hombres sus pajaritas, además desveló que los invitados reales más bailarines fueron el matrimonio formado por el príncipe Leopoldo de Baviera, padrino de Carlos Felipe, y su mujer Úrsula.

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El mismo medio cuenta que los recién casados no abandonaron el Palacio hasta las 6:30 de la mañana, que en mitad del baile se sirvió un buffet de canapés y quesos para reponer fuerzas y que los invitados salieron con un obsequio de los novios que consistía en una pulsera de cuero –Carlos Felipe es muy aficionado a ellas- con el monograma de la pareja para los hombres y en un bolso de noche de cuero negro con el sello impreso en rosa.

El nombre de Avicci había comenzado a sonar desde hace meses como una posible actuación en la Boda Real, algo que se convirtió realidad después del banquete y que fue el momento álgido de la noche
© Cordon Press
El nombre de Avicci había comenzado a sonar desde hace meses como una posible actuación en la Boda Real, algo que se convirtió realidad después del banquete y que fue el momento álgido de la noche

Una noche perfecta, no es de extrañar que los novios hayan querido agradecer a través de las redes sociales de la Casa Real el gran momento que vivieron como colofón a sus cinco años de amor: “Estamos profundamente conmovidos por todo el amor y el aprecio que hemos sentido durante el día de nuestra boda. La alegría y la felicidad que nos han demostrado significan mucho para nosotros. Es un hermoso recuerdo que vamos a llevar con nosotros siempre.”

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.