Fabuloso escaparate de joyas en la gala de los Nobel

Suecia se convirtió ayer en un fabuloso escaparate de joyas y vestidos de ensueño. Las damas reales se vistieron para brillar y deslumbrar coronando su puesta en escena en los premios Nobel con impresionantes aderezos de piedras preciosas. Tras la ceremonia, la Familia Real sueca continuó el programa de los prestigiosos galardones en el Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo, escenario del banquete de gala, considerado el acontecimiento social del año para la alta sociedad sueca, con unos 1.250 invitados.

La reina Silvia llevó para la gran ocasión un vestido azul turquesa con bordados en pedrería y lució los denominados zafiros de Leuchtenberg, un conjunto de tiara, collar, pendientes, broche, brazalete y anillo engarzados en el siglo XIX, heredados por la reina Josefina. La princesa Victoria eclipsó a la que se esperaba que fuera la gran protagonista de esta cita, la debutante Sofia Hellqvist, con un vestido de color rojo carmesí con escote palabra de honor y cola, que aderezó con la tiara Baden Fringe, un collar con cruz de brillantes, broche de rubíes y brazalete de brillantes. La princesa Magdalena se decantó por un traje de seda de organza y tul italiano con bordados en tonos rosas, que adornó con una diadema propia y pendientes y broche del conocido como conjunto de amatistas. Sofia Hellqvist llevó un traje color magenta con transparencia en el escote.

Las damas reales apostaron por la moda made in Sweden. El de la princesa Victoria es obra de Pär Engsheden, el mismo que ideó su traje de novia; el de la princesa Magdalena, de Fadi el Khoury, que ya había diseñado el vestido que la Heredera lució en el enlace de su hermana pequeña hace un año, y el de Sofia Hellqvist, de Ida Sjöstedt, cuyas creaciones ha lucido con anterioridad Magdalena en varios actos oficiales.

El menú, uno de los secretos mejor guardados hasta el inicio del banquete, fue ideado por el chef Klas Lindberg y el repostero Daniel Roos, y elaborado durante cuatro días por 43 cocineros. Incluyó en esta ocasión crema de coliflor, mosaico de cangrejo real, guisantes y coliflor marinados como primero; seguido por lomo de ciervo rojo asado, terrina de zanahorias, remolachas amarillas a la sal, cebollas ahumadas y puré de patatas; y de postre, mousse y sorbete de bayas azules y zarzamoras salvajes de la isla de Gotland, con panacota de azafrán y bizcocho a la mantequilla de avellana. La cena estuvo regada por Villa Cafaggio 2011, Chianti Classico, Calvet Rérserve du Ciron 2010, Sauternes y Champagne Taittinger Brut Réserve.