La historia de amor del rey Harald y Sonia de Noruega es una de las más emocionantes de la realeza. Su amor "real" modernizó a la monarquía europea en un momento en el que era impensable que un príncipe heredero se casara con una mujer que no perteneciera a la realeza. Durante diez años el príncipe Harald luchó para que su padre, el rey Olav, permitiera un matrimonio que en círculos monárquicos y eclesiásticos se veía como el principio del final de la monarquía, sin embargo, la historia fue mucho más compleja y llena de aristas. Es una reflexión sobre el amor, los sacrificios y el cambio de los tiempos
Harald y Sonia coincidieron por primera vez en torno a los 14 años, ni ellos mismos recuerdan exactamente que edad tenían cuando se conocieron en un campamento de vela en Hanko. Sin embargo, no sería hasta los 22 años cuando surgió lo que calificaron de "amor a primera vista". Sucedió durante el verano de 1959 y fue gracias a un amigo en común, Johen Stenersen, que además se ser amigo de Sonia había sido compañero de Harald en la escuela pública Smestad de Oslo, el primer colegio al que fue el príncipe cuando regresó del exilio en los Estados Unidos. Johen le pidió a Sonia que le acompañara a una fiesta cerca del castillo (la residencia real en Oslo) y allí estaba el príncipe Harald
Después de ese primer encuentro, vinieron muchos más, incluso él la invitó al baile que se celebró después de su graduación militar en la Escuela de Guerra, pero Sonia siempre parecía una más de su grupo de amigos y amigas. Lo mismo sucedió en febrero de 1923 cuando el príncipe heredero cumplió los 23 años y su padre, el rey Olav, invitó a sus amigos a una cena en casa. Así comenzó todo: dentro de un círculo de amigos que les ayudaron a mantener en secreto su relación durante dos años y medio, cuando un periódico noruego sacó por primera vez el nombre de Sonja (Sonia) Haraldsen citando como fuente a un periódico británico y una revista francesa se hizo con unas fotos suyas
En cuanto la relación salió a la luz la opinión fue unánime: es muy poco probable que el rey Olav y el Consejo de Estado autoricen la boda del príncipe heredero como una mujer que no es de la realeza. Mientras, al príncipe Harald se le envió a continuar con sus estudios al Reino Unido, y Sonia se marchó a estudiar a Suiza; ellos pusieron de su parte para terminar con esa relación y rompieron varias veces, sin embargo, su amor era más fuerte y siempre terminaban juntos. "Tenía sentimientos muy encontrados, yo amaba a Sonja Haraldsen, pero también tenía mala conciencia hacia mi padre y hacia Noruega", explicó el rey Harald con el tiempo
En la Casa Real no se hablaba del tema, pero en 1964 el periódico noruego Stavanger Aftenblad abrió el debate y el resto de cabeceras lo siguieron. Todos recordaban que el príncipe heredero necesita el permiso del Rey y del Parlamento para casarse y medios como Presse-Norg advirtieron que sería el final de la monarquía. "Estan en juego cosas más importantes que el corazón", publicaron invitando al rey Olav a pronunciarse. La Casa Real emitió un comunicado que decía: "No es la intención del príncipe heredero casarse por lo civil". Con el paso de los años el rey Harald recordó este comunicado como una "bofetada", ya que de esta forma el rey Olav venía a decir que la monarquía era más importante que el amor
En público padre e hijo se mostraban sin fisuras, pero en privado su relación era cada vez más difícil. Para entender la situación que se vivió en la Casa Real noruega a raíz de la controvertida relación entre Harald y Sonia en los años sesenta hay que tener en cuenta los antecedentes del príncipe heredero. Tanto su abuelo, el electo rey Haakon VII, como su padre, el rey Olav V, habían hecho muchos sacrificios, habían atravesado dos guerras mundiales y sostenido un gobierno en el exilio. Por otro lado, los matrimonios reales eran un asunto de Estado en el que mediaban alianzas estratégicas: la madre de Harald era princesa de Suecia y su abuela era hija del rey británico Eduardo VII. Así había sido siempre y el rey Olav, el padre de Harald, había tenido un matrimonio feliz hasta la muerte de la princesa, después ascendió al trono y siempre fue un rey viudo. En esa línea, se esperaba que Harald se casara con alguna princesa de su generación y sonaron los nombres de Sofía de Grecia (después Reina de España) y de Margarita de Suecia (hermana del actual rey Carlos Gustavo de Suecia)
"Teníamos que tener paciencia, yo sabía que el tiempo jugaría a nuestro favor", así analizaba el rey Harald las negativas a su relación. Su plan era no tirar la toalla, así que se convirtió en el terco hijo del rey. Mientras, como príncipe heredero, comenzó a hacer en solitario viajes oficiales al extranjero y entonces la vida sentimental del Harald fue un asunto de interés también fuera de Noruega. Una revista estadounidense escribió que era uno de los solteros más deseables a nivel mundial y también ellos insistían en que se tenía que casar con una princesa a la vez que hacían repaso de las posibilidades que tenía. Harald estaba dispuesto a resistir pero a Sonia se le terminó la paciencia y se marchó a Francia como au pair, pero la separación una vez más fue imposible
Llegó un momento en el que esta historia se encontró en un punto muerto, entonces el príncipe Harald lanzó una advertencia: cumpliría con su deber con la Corona pero se quedaría soltero. Evidentemente esto ponía al rey Olav entre la espada y la pared, ya que Harald no renunciaba a su trabajo pero no daría continuidad a la dinastía y era el único hijo varón del rey. Tras ocho años de noviazgo, en 1967, el rey Olav empezó a hablar con el Gobierno sobre el tema y le dijo a su hijo que quería conocer a Sonia. La suerte de la pareja iba a cambiar, pero no sería rápido
Mientras el rey Olav y el primer ministro Per Borten analizaban de forma privada las consecuencias de la boda para el sistema, la prensa noruega volvió a presionar al jefe del Estado, que a su vez quería contar con el respaldo del Gobierno para tomar la decisión y resulta que los líderes parlamentarios no lo tenían nada claro. Ahora parece de otra época, pero lo que comenzó en el Storting (Parlamento noruego) en el otoño de 1967 fue un debate tan complicado que llegó el año 1968 sin solución y cuando llegó, en el mes de febrero, fue una respuesta algo cobarde: el Primer Ministro no tenía claro qué consejo dar y el Gobierno se limitó a dejar la pelota en el tejado del rey, la decisión era del soberano y ellos ya verían si le apoyaban o no. Entonces el rey Olav tanteó a la oposición para hacerse una idea de las reacciones que despertaría. Finalmente, tras años de lucha entre el deber y el amor, el rey Olav dijo que sí, su hijo se podría casar con Sonia
En marzo de 1968 se anunció el compromiso y el 29 de agosto de ese mismo año se celebró una gran boda en la catedral de Oslo. En esta imagen se puede ver a la derecha de la pareja al rey Olav junto a la madre de Sonia, Dagny Haraldsen, que también era viuda
Lejos de lo que la Casa Real y el Gobierno noruego temían, los príncipes herederos recibieron una abrumadora aceptación en todo el país
Con el paso del tiempo, la reina Sonia calificó de "surrealista" todo lo vivido y reconoció que sintió miedo al ver que algunos consideraban su matrimonio como un peligro para el sistema que habían votado los noruegos: la monarquía parlamentaria. Con la boda terminaron casi diez años de rumores, desmentidos y presiones, no solo para la pareja, también para el rey Olav
Sonia, como princesa, asumió pronto las funciones de representación oficial y demostró algo que ahora está presente en todas las monarquías europeas, que una mujer no nacida en la realeza también puede ser princesa o reina
Después casi diez años de lucha, se puede decir que el resto del matrimonio (con los desafíos que implica, como ellos han contado) fue más fácil. La princesa Marta Luisa nació tres años después de la boda y, aunque nadie lo dijo, en aquella época todavía se esperaba con ansía el nacimiento del varón. Harald le puso el nombre de su madre, la princesa Marta de Suecia, a la que perdió cuando tenía 17 años
Haakon nació dos años después que su hermana, el 20 de julio 1973, y como no se había aprobado la primogenitura absoluta (vigente desde 1990 y lo que permite que la princesa Ingrid Alexandra no se viera desplazada por su hermano) adelantó a su hermana en la línea sucesoria. Como no podía ser de otro modo, para él se eligieron dos nombres de reyes vikingos: Haakon Magnus
Como príncipes herederos, Harald y Sonia de Noruega tuvieron una activa agenda institucional dentro y fuera del país, algo que se incrementó a medida que el rey Olav se fue haciendo mayor y finalmente falleció a los 87 años el 17 de enero de 1991, momento en el que su hijo ascendió al trono como Harald V. Esta imagen fue tomada a finales de los setenta, como se puede ver por el estilo que tenía la entonces princesa Sonia
Harald y Sonia se prometieron que sus hijos no pasarían por lo mismo que ellos vivieron, así que les permitieron elegir libremente a sus parejas y siempre tuvieron las puertas abiertas pare recibir a amigos y amigas
En el Castillo de Edimburgo durante el verano de 1994 en viaje oficial al Reino Unido
"Sonia lo ha significado todo para mí", dijo el rey Harald en una entrevista reciente en la televisión pública
Juntos han disfrutado de la llegada de los nietos y según la princesa Ingrid, han sido las mejores niñeras
El rey Olav reinó durante 33 años y sobrevivió a su mujer 36 años, es decir, siempre reinó en solitario. Su hijo Harald ha corrido una suerte muy distinta
Harald, por su parte, también ha apoyado todas las iniciativas de la reina Sonia, la mayoría relacionadas con el arte
Juntos también han preparado el camino para la siguiente generación
Los fotógrafos captaron este cariñoso gesto durante el Campeonato del Mundo de esquí del año 2013 que se celebra en Holmenkollen
La navegación siempre ha sido una pasión compartida, desde los barcos de vela en los que coincidieron en los campamentos de verano siendo niños hasta el yate real
Es extremadamente excepcional que el rey Harald acuda a un acto en solitario, la reina Sonia siempre le acompaña en la vida institucional y cuando no lo hace es porque el compromiso requiere la presencia del príncipe heredero. En definitiva, el rey Harald nunca ha reinado solo
Con motivo de los 30 años de la pareja como Reyes de Noruega (un aniversario que se celebra el 23 de junio de 1991, que fue cuando tomaron posesión en la Catedral de Nidaros y no enero cuando falleció el rey Olav) la Casa Real compartió estas imágenes de los reyes Harald y Sonia, juntos, como siempre, y ojeando un mapa de carreteras
El rey Harald fue todo un pionero en demostrar que un futuro rey también puede casarse por amor