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Ya se conoce el presupuesto con el que cuentan los reyes Harald y Sonia para las que serán sus tumbas reales: un total de 20 millones de coronas noruegas (1.715.053,40 euros). Esa es la asignación exacta que el ejecutivo nórdico les dispensa dentro de la partida general que el Estado dedica cada año a los representantes de la monarquía, tal y como recoge el medio local VG.
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En total, el gobierno programa un gasto de 316,8 millones de coronas ( 27.092.845,40 €) para la familia real y el mantenimiento y funcionamiento del palacio real durante 2025, lo que supone 800.000 coronas (68.597,60 euros) más que el año anterior. Además, se propone una asignación de 12,9 millones de coronas (1.105.942,80) para la esposa del príncipe heredero Haakon, su mujer Mette-Marit de Noruega, lo que se traduce en 600.000 coronas más ( 51.438,96 euros) que en este 2024.
Para el diseño y la fabricación de los sarcófagos de los Reyes, se ha confiado en el prestigioso estudio de arquitectura, paisaje e interiorismo Snøhetta, que ya tiene los primeros bocetos. Los sepulcros, que serán dispuestos en la capilla funeraria real del Castillo de Akershus (Oslo), servirán para el eterno descanso de Harald (87 años) y Sonia (87) cuando estos fallezcan.
El mausoleo real y los sarcófagos
Todos los miembros de la casa real nórdica están enterrados en el mausoleo real, inaugurado en 1949, de la citada fortaleza. Hoy en día, ahí descansan los restos del rey Haakon VII y la reina Maud, el rey Olav V y la princesa heredera Märtha. La capilla funeraria fue diseñada por el arquitecto Arnstein Arneberg en 1939 y construida junto a la iglesia del castillo. Es de piedra caliza y revestida con mármol en su interior.
Actualmente contiene dos sarcófagos dobles. El primero es de color blanco y está decorado con el escudo real, la corona, nombres y fechas. La reina Maud murió en 1938 pero, debido a la invasión alemana de 1940 durante la II Guerra Mundial, su ataúd no fue llevado a su lugar de descanso final hasta diciembre de 1949. El rey Haakon VII, por su parte, fue enterrado el 1 de octubre de 1957.
A la derecha, el rey Olav y su esposa, la princesa Märtha, están en una tumba de bronce de color verde oscuro. Después del entierro de Olav de Noruega en la catedral de Oslo el 30 de enero de 1991, su ataúd de roble fue llevado a la iglesia del castillo de Akershus para un servicio conmemorativo privado. Tras la misa, fue trasladado de nuevo al mausoleo y colocado en el sarcófago junto a su mujer.
La familia real noruega visita regularmente esta capilla funeraria, con motivo de los aniversarios de los fallecimientos de sus antepasados, para honrarles y recordarles. Al mismo tiempo, el mausoleo se puede ver en persona como parte de los recorridos turísticos por el castillo de Akershus.
El original sepulcro de Margarita de Dinamarca
Fue en la primavera de 2018 cuando conocimos que Margarita de Dinamarca llevaba años preparando el lugar en el que recibirá sagrada sepultura tras su fallecimiento. Entonces, las personas encargadas de ultimar los trabajos terminaron de instalar la tumba, que quedó completamente cubierta y cerrada. Ya no se abrirá hasta el momento del entierro de la exmonarca.
La construcción del sarcófago se inició en 2003 y siete años después se presentó el proyecto del cenotafio. La madre del rey Federico eligió los materiales y puso en marcha la fase final, para lo que no dudó incluso en solicitar los servicios de un director de documentales, Pavel Stingl, quien grabó el desarrollo de toda la obra en un filme llamado Sarcófago de una reina.
El proceso definitivo se llevó a cabo en la capilla de Santa Birgitte, en la parte norte de la catedral de Roskilde. El templo, situado a 30 kilómetros de Copenhague, es el lugar elegido para albergar los restos de Margarita, tal y como ha sucedido a lo largo de la historia con los de cerca de 40 reyes y reinas de Dinamarca.
En dicha tumba se incluyen materiales de arte moderno como el vidrio, tiene más de tres metros de largo y pesa siete toneladas. La cápsula descansa sobre tres columnas de granito danés, basalto feroés y mármol de Groenlandia. En la parte superior destaca la heráldica y otros símbolos en bronce dorado, mientras que las cabezas de elefante que sobresalen de los pilares están moldeadas en plata.