Harald de Noruega, de 87 años, ha vuelto a la vida pública tras casi dos meses de baja. Una larga convalecencia provocada por una infección que contrajo durante sus vacaciones de finales de febrero en Malasia, en las que estaba acompañado por su mujer, la reina Sonia. Este nuevo achaque de salud le obligó a estar ingresado en un hospital del país del sudeste asiático, después fue trasladado a Noruega y finalmente derivó en una operación para colocarle un marcapasos permanente. Aunque la Casa Real difundió una imagen familiar en la que se le veía rodeado de los suyos con la que felicitó la Pascua, no ha sido hasta este lunes cuando finalmente ha vuelto a sus obligaciones oficiales. A partir de ahora, se realizarán algunos cambios en sus deberes.
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El jefe del Estado noruego ha reaparecido este lunes por la mañana en tres audiencias de las que no han trascendido imágenes . La primera ha sido con el jefe de la Defensa, al que ha recibido en el Palacio Real y donde también ha estado presente el príncipe Haakon, heredero al trono y quien ha actuado como regente durante la recuperación de su padre. Posteriormente, también en el Palacio Real, ha recibido al comandante de la Brigada del Norte, Terje Bruoygard. En último lugar, le ha tocado reunirse en el mismo escenario con el subcomandante del Estado Mayor de la Defensa, el contralmirante Bjorn-Erik Marthinsen.
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Tras sus primeros compromisos públicos en semanas, la Casa Real ha anunciado que el rey Harald realizará algunos cambios en sus actividades públicas en el futuro. Seguirá al frente de sus funciones constitucionales, celebrará reuniones y audiencias y atenderá las visitas oficiales de mandatarios o Reyes a Noruega. Sin embargo, debido a su edad habrá algunos ajustes. Esto supondrá que reducirá de forma permanente el número y alcance de sus actividades. También se tomarán disposiciones prácticas en el ejercicio de su actividad oficial.
Las alarmas saltaron el pasado 27 de febrero cuando Palacio emitió un comunicado en el que informaba que estaba ingresado en el hospital Sultanah Malihai, situado en la isla de Langkawi, por una infección y pronto se empezó a hablar del traslado del Rey a su país de origen. Finalmente, a principios de marzo fue repatriado en avión en una travesía en la que le acompañó la reina Sonia. Ya en Oslo, aunque la infección estaba controlada, se detectó que su ritmo cardíaco era demasiado bajo, lo que hacía necesario la implantación de un marcapasos permanente cuando la infección estuviera totalmente controlada. Días después fue intervenido con éxito y permaneció durante unos días más en el centro sanitario. El 14 de marzo recibió el alta hospitalaria y, aunque en un primer momento se dijo que retomaría sus compromisos el 8 de abril, finalmente ha sido este lunes cuando ha tomado las riendas de su agenda institucional.