Poco a poco se van conociendo más detalles de la nueva vida que ha emprendido Ingrid de Noruega (19) tras abandonar el palacio de Skaugum, donde vivía con sus padres y sus hermanos, en Asker, para irse a vivir a un piso en el barrio más alternativo y moderno de Oslo. La segunda en la línea de sucesión al trono y que está llamada algún día a ser Reina se ha mudado a un pequeño apartamento de 40 metros cuadrados.
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Hace unos días se conoció que la Princesa se había independizado y había optado por elegir el barrio de Grünerlokka, en el extremo oriental de la capital noruega, al igual que hacen muchos chicos de su edad. La vivienda consta de dos habitaciones, salón comedor con cocina integrada y cuarto de baño por el que paga un alquiler mensual de 20.00 coronas noruegas al mes ( casi 1.700 euros), según ha informado la revista Se og Hor.
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La casa cuenta con la gran ventaja de que no está muy lejos del instituto de secundaria superior de Elvebakken, en el que se graduó el pasado mayo, así que una de las razones de este cambio de vida es que muchos de sus amigos residen en esta zona tan moderna. No hay duda que este es un paso importante para la futura heredera pues gozará de más libertad y pasará bastante inadvertida paseando por las vibrantes calles repletas de establecimientos de ocio nocturno, locales de música en directo anticuarios y tiendas de segunda mano.
Antes de comenzar la Universidad, Ingrid ha decidido trabajar este otoño en la Escuela Uranienborg, por cuyas aulas pasó como estudiante, para ser asistente escolar y trabajadora medioambiental. Después de Navidad comenzará su formación militar en el batallón de ingenieros de la Brigada Norte, donde estará doce meses. En enero se instalará en el campamento Skjold, situado al norte del país, y tendrá un periodo inicial de reclutamiento antes de que se le asigne un puesto específico con su rutina de entrenamientos y ejercicios.
Haz click para ver el especial “El club de las futuras reinas de Europa”, donde se esboza un perfil de Leonor, Elisabeth, Amalia, Ingrid y Estelle, las próximas reinas de Europa, las mujeres que estarán en el trono en la segunda mitad del Siglo XXI. Aunque en España, Bélgica, Holanda, Noruega y Suecia los actuales monarcas son hombres, serán sus hijas o sus nietas, sus herederas, las que ostenten la corona. El futuro de la monarquía europea tiene nombre de mujer.