Ingrid Alexandra de Noruega ha empezado su vida adulta como muchos chicos que llegan a la mayoría de edad: sacándose el carné de conducir. Aunque su 18º cumpleaños fue el 21 de enero y recibió varios regalos institucionales y otros, como la Orden de San Olav, de manos de su abuelo, el Rey Harald, es posible que convertirse en conductora sea uno de los hitos que más ilusión le hagan. La Princesa, segunda en la línea de sucesión al trono, ha sido fotografiada a bordo de su propio vehículo y la Casa Real confirmó después que se había sacado la licencia. La que está llamada a convertirse en la primera Reina del país escandinavo por derecho propio en más de 600 años también ha roto una tradición que cuenta con casi un siglo de historia. Era costumbre que los miembros de la realeza recibieran como regalo un automóvil al cumplir los 18, pero Ingrid Alexandra no lo ha obtenido por las reglas de transparencia y aceptación de obsequios que rigen en la actualidad la Casa Real.
Aunque no se informó de manera oficial sobre si la Princesa había aprobado las pruebas para poder sentarse al frente de un volante, la felicitación de su hermano, Marius Borg, dio algunas pistas. “¡Felicidades por el día a la hermana más ‘cool’ del mundo! Recomiendo a las personas que vivan en Asker que se mantengan alejadas de las carreteras durante las próximas horas!”, fue el mensaje que compartió junto a unas imágenes en las que se les ve a las dos subido en una moto de agua. Más tarde, la revista Se og Hoer publicó unas imágenes de la primogénita de los príncipes Haakon y Mette-Marit conduciendo un vehículo, un modelo eléctrico de Volkswagen. El gerente de comunicaciones de Palacio, Guri Varpe, confirmó a Dagbladet que la Princesa había conseguido sacarse el carné de conducir, pero no se confirmó ni se desmintió si tenía su propio turismo.
- Las imágenes nunca vistas de Ingrid Alexandra de Noruega
Ingrid Alexandra de Noruega ha roto una tradición de casi cien años con su mayoría de edad. Desde 1924, el Real Club Automovilístico de Noruega regala a los miembros de la Familia Real noruega un automóvil al cumplir los 18 años. Así ha sucedido con sus antepasados. El primero que lo recibió fue el entonces príncipe Olav y desde entonces su abuelo, cuando era el príncipe Harald, recibió un Peugeot 203 en 1955. Su tía, la princesa Marta Luisa de Noruega, un Peugeot 205 XS en 1989 y su padre, el príncipe heredero Haakon, el mismo modelo que su hermana, en 1991. En el caso de Ingrid Alexandra, la Casa Real ha tenido que declinar tan generoso presente debido a las regulaciones en la aceptación de regalos que rigen desde 2015 y que consideran poco apropiadao aceptar un coche.
No obstante, la Princesa podrá tener acceso a algunos de los turismos que atesora su familia, que incluye algunos modelos de colección. El Buick Roadmaster de 1939 es quizá el más icónico del garaje del rey Harald. En él se subieron el rey Haakon y la princesa heredera Martha en junio de 1945. Fue un regalo de General Motors para el príncipe Olav durante el viaje a los Estados Unidos en 1939. Se usó por última vez en la coronación de Harald y Sonia en la catedral de Nidaros en Trondheim el 23 de junio de 1991. El Packard de 1942 fue un regalo del monarca británico durante la Segunda Guerra Mundial y se usó hasta hace poco para recoger a los embajadores que entregaban sus cartas credenciales ante el Rey. El Lincoln Continental de 1966 se usó durante la boda de los ahora Reyes en 1968 y, años después, en el enlace de los príncipes Haakon y Mette-Marit. La Casa Real lo vendió, pero en 2002 lo volvió a comprar y aún se usa en ocasiones oficiales. También hay una limusina, un Lexus y un Audi. Haakon y Mette- Marit de Noruega cuentan entre su flota privada con un Tesla.