Ingrid Alexandra de Noruega, la hija mayor de los príncipes Haakon y Mette- Marit, está demostrando que es de lo más aventurera. A sus 17 años, la segunda en la línea de sucesión al trono noruego, no ha dudado en subirse en un F-16, un cazabombardeo, para conocer más de cerca las Fuerzas Armadas de su país, de las que en un futuro se convertirá en comandante suprema. Ataviada con el característico mono verde, casco, el pelo recogido y muy decidida, la Princesa ha visitado la base de Bodo, al norte del país, para conocerla un poco más y recorrer parte del territorio desde un caza. En esta ocasión, Ingrid Alexandra ha estado sola en esta visita, donde ha demostrado valentía, seguridad y aplomo.
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La princesa Ingrid Alexandra ha aceptado la invitación del escuadrón 331 de Bodo, una ciudad norteña de Noruega de unos 50.000 habitantes y que se sitúa en el norte del cículo polar ártico. La Princesa fue recibida en su llegada por el jefe de la fuera aérea, el general de división Rolf Folland,y el comandante de la base aérea, el teniente coronel Henning Homb Hansen. Antes de embarcarse en un F-16, fue informada sobre la misión principal de esta base, incluida la alerta de reacción rápida, que permite que todas las aeronaves estén listas en todo momento y en tan solo quince minutos puedan despegar e interceptar aviones extranjeros. Antes de sobrevolar el norte noruego, Ingrid Alexandra tuvo que someterse a un minucioso examen médico, recibió unas clases de seguridad, la operación de vuelo en combate y una ruta planificada sobre un mapa. El vuelo de la Princesa salió desde Bodo y recorrió Bardufoss, Eveneses y Lofoten para regresar luego a la base aérea.
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Esta visita de Ingrid Alexandra de Noruega es la segunda que realiza este año a diferentes destacamentos de las Fuerzas Armadas. A principios de noviembre pasó un día con la tropa de cazadores de Rena donde saltó al vacío en paracaídas desde una torre. La Casa Real nórdica ya ha informado que estas son solo las primeras visitas que la Princesa realiza al ejército y que está previsto que en el futuro visite más bases militares.
El avión en el que sobrevoló la Princesa ha estado al servicio del ejército noruego durante 40 años, pero ahora será reemplazado en breve por otro modelo de aeronave, el F-35, un aparato de quinta generación, monoplaza para misiones de ataque a tierra, reconocimiento y defensa aérea y capaz de operar en portaaviones. La sección 25 de la Constitución noruega establece que el Rey “tiene el mando más alto sobre el poder terrestre y marítimo del Reino. No debe aumentarse ni disminuirse sin el consentimiento del Storting (Parlamento). No debe dejarse al servicio de potencias extranjeras, excepto las tropas auxilares contra la agresión enemiga y no debe tener acceso al Reino sin el consentimiento del Storting”. Actualmente la autoridad del mando militar se delega en el Jefe de Defensa, el más alto funcionario militar del país y el principal asesor del Gobierno y el Minsiterio de Defensa en asuntos militares.