Haakon y Mette- Marit de Noruega han cumplido dos décadas como matrimonio. La pareja se dio el ‘sí, quiero’ el 25 de agosto de 2001 en la catedral del Salvador de Oslo. Su noviazgo fue muy comentado pues la Princesa era madre soltera y había tenido una ajetreada juventud. Sin embargo, dos décadas después y dos hijos en común, siguen igual de enamorados y no escatiman a la hora de derrochar momentos de complicidad en público. Coincidiendo con este aniversario, la Fundación de la pareja real también ha cumplido 20 años (se fundó después de su boda) y por eso han querido festejar, aunque con dos meses de retraso esta fecha tan señalada. Los príncipes herederos han podido decorar tartas, hablar con jóvenes noruegos con problemas y hasta han recibido como regalo de aniversario una bicicleta de agua. Tanto Haakon como su mujer, son dos apasionados de los deportes acuáticos, así que seguramente la estrenarán en cuanto el tiempo lo permita.
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En su visita a UngInvest, uno de los cinco centros que la Fundación real tiene por el país, Haakon y Mette- Marit de Noruega fueron recibidos por un grupo de niños que les esperaban con banderitas del país y con sendos ramos de flores. Una vez dentro, participaron con los estudiantes de cocina en la decoración de unas tartas, que posteriormente degustarían. Con gorra, el pelo recogido y llevando las pertinentes chaquetillas de chef, los Príncipes cogieron las mangas pasteleras para decorar varios dulces. Después, visitaron el taller mecánico donde fueron obsequiados con uno de sus regalos de aniversario: una bicicleta acuática, hecha por los chicos en riesgo de exclusión. En el taller de carpintería, vieron los objetos que los alumnos realizaron como una microbiblioteca para los niños más pequeños. Finalmente, y en un entorno de gran camaradería, los príncipes pasaron al comedor, donde degustaron las tartas que previamente habían elaborado.
La fundación de los príncipes herederos está centrada en ayudar a adolescentes con riesgo social. Algunos de los chicos a los que ayuda la entidad provienen de familias desestructuradas y tienen un alto índice de abandono escolar. A través de sus programas se pretende que cada uno de estos alumnos encuentre su talento oculto y desarrollar un oficio que les permita tener éxito en la vida y labrarse un futuro independientemente de sus circunstancias sociales o familiares.
La boda de Haakon y Mette-Marit de Noruega, a la que acudieron la reina Sofía y el entonces príncipe Felipe, supuso una cumbre de miembros de la realeza. El vestido de la Princesa fue obra del diseñador Ove Harder Finseth y de la costurera Anna Bratland. Estaba hecho en crepe de seda grueso y tul de seda suave. La falda se inspiró en los vestidos que llevaba la reina Maud. La tiara que lució data de 1910 y fue un regalo de sus suegros los Reyes. Una pieza que se ha convertido en la favorita de la Princesa. Los anillos de boda fueron un regalo de la Asociación Noruega de Orfebres. Tras la ceremonia religiosa se sirvió una cena de gala en Palacio, donde además de royals hubo representantes de de la vida política, económica y social de Noruega.