La Familia Real de Noruega ha presidido numerosos homenajes en conmemoración a las personas que perdieron su vida en los atentados terroristas de 2011 a manos de un extremista. Al mediodía de este jueves, se ha llevado a cabo un acto en la isla de Utoya, donde tuvieron lugar el número más elevado de fallecidos, al que han acudido Haakon y Mette-Marit junto a sus hijos, la princesa Ingrid Alexandra y Sverre Magnus. A lo largo de la ceremonia, se han depositado varios ramos de flores bajo el memorable de acero en el que se inscribieron los nombres de las 77 víctimas. También se han llevado a cabo discursos en los que, vecinos de la zona, familiares y supervivientes han explicado como vivieron aquel fatídico 22 de julio que hizo que perturbó a todo el país y a Europa.
La princesa Ingrid se ha mostrado en todo momento con un semblante muy serio y visiblemente consternada al recordar un hecho que ocurrió cuando ella tenía 7 años. Al escuchar alguno de los testimonios más duros, la joven no ha podido ocultar su emoción ni contener las lágrimas, que ha tenido que limpiar con un pañuelo. Su madre, Mette-Marit, sentada a su lado en el suelo, la ha consolado abrazándola por la espalda mientras escuchaban también al príncipe heredero Haakon dedicar unas palabras a los familiares de los fallecidos: "Serán recordados, porque los llevamos en nuestros corazones". Un homenaje que no ha dejado indiferente a ninguna de las autoridades ni miembros de la realeza presentes, que se han mostrado en todo momento cabizbajos y compungidos ante el dolor todavía presente.
Los tributos en el décimo aniversario de los atentados terroristas de Oslo y Utoya han seguido a lo largo del día con el broche de oro en un acto conmemorativo nacional en el Oslo Spektrum, una enorme sala de la capital noruega que ha congregado a los Reyes, los príncipes herederos, sus hijos y numerosas autoridades y personalidades del país. Durante el acto, Harald de Noruega se ha subido al escenario para dar un discurso acerca de lo que significó el acto atroz para su nación y por lo que todavía tenemos que luchar como sociedad. Unas conmovedoras palabras que han vuelto a emocionar a la princesa Ingrid Alexandra y a Sverre Magnus ya que fue una experiencia dolorosa para ellos ser testigos de algo que ocurrió cuando eran unos niños. Su conmoción vino especialmente al escuchar a su abuelo hablar sobre la lucha contra el odio a la humanidad, la libertad de expresión y el significado de comunidad.
"Han pasado diez años desde que Noruega se desvaneció. El shock, la tristeza y la ira nos golpearon a todos. Siento conmoción de que esto haya podido suceder aquí, entre nosotros. Siento dolor por vidas por todas las vidas acabadas y arruinadas", empezada el Rey. Nuevamente, la princesa Ingrid buscaba el apoyo de su madre al sentirse devastada tras el discurso de su abuelo. Por ello, reposaba la cabeza sobre el hombro de Mette-Marit, sentada junto a ella, que también estaba visiblemente afectada. "Nuestro país se basa en que todas las personas sean igualmente valiosas. Se basa en la libertad de expresión. Se basa en el hecho de que toleramos los desacuerdos y buscamos compromisos", añadía un monarca emocionado ante la tragedia que golpeó su país hace una década.