A lo largo de los siglos, las mujeres que han empuñado cetros han sido contadas, pero en el siglo XXI, serán las hijas de los Reyes las que llevarán corona.
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La princesa de Asturias la ceñirá al tiempo que Elisabeth de los belgas, Amalia de los Países Bajos e Ingrid de Noruega. Un club de futuras reinas que teñirán de rosa los tronos de Europa.
De las cuatro, Ingrid es la que más se aproxima en edad a la princesa de Asturias y, seguramente, la más desconocida de todas ellas, aunque va reclamando su sitio. Su última aparición en El Día Nacional de Noruega, que se celebró a mediados de este mes de mayo, así lo indica. A sus 17 años cumplidos el 21 de enero, la hija de los príncipes Haakon y Mette-Marit no sólo ha cambiado muchísimo, sino que también se ha convertido en una adolescente muy guapa y en un orgullo para el reino, que ha empezado a presumir de su bella princesa.
Dos princesas que no responden a los estereotipos de sus países de origen
Hasta ahora, la princesa Leonor, la más pequeña de las cuatro -todas nacidas entre 2001 y 2005-, no ha tenido competencia. La hija de los Reyes de España es la favorita de la prensa europea por su dulzura, “por su imagen de perfección”, por su papel como heredera -la que más retos ha asumido de todas con mucha diferencia, y por su estilo, pero Ingrid también apunta alto.
Son todavía muy jóvenes -Leonor solo tiene 15 años-, pero, en un futuro próximo, el duelo ya está servido y, además, en “un juego de belleza” que no responde a los estereotipos de sus países de origen.
Ingrid, de tez morena, con pecas y hoyuelos, ojos color miel y pelo castaño se asemeja más a un modelo de belleza mediterránea. Y, Leonor, rubia, de ojos azules y piel clara, responde más a un físico nórdico.
La princesa Ingrid y la princesa Leonor no se conocen
La princesa noruega y la heredera al trono de España no se conocen. Al menos no oficialmente y no ha sido por falta de ocasiones. La confirmación de Ingrid, en la fe luterana, en 2019, podría haber sido el momento perfecto teniendo en cuenta que Felipe VI es su padrino, pero por alguna razón no fue posible y el Rey viajó solo a Oslo.
La princesa Leonor recibió el sacramento de la confirmación el pasado viernes en una celebración privada y marcada por la pandemia; pero Ingrid tuvo la mayor “fiesta” de su vida hasta ahora, después de peregrinar hacia la Catedral de Nidaros, en días de lluvia.
La ceremonia fue oficiada por dos mujeres, la Obispo de Oslo y la presidenta de la Conferencia Episcopal Evangélica noruega, en la Capilla del Palacio Real de Oslo, y retransmitida en directo por dos televisiones.
Asistió la familia real al completo -sus abuelos, sus padres, sus hermanos, sus tíos y primos-, sus amigos del colegio y, por primera vez, también pudieron reunirse sus seis padrinos: el rey Harald; Felipe VI, que le llevó una pulsera de regalo; los príncipes herederos de Suecia y Dinamarca, Victoria y Federico; su tía, la princesa’ Marta Luisa; y su abuela materna, Marit Tjessem.
Una adolescente con un fuerte sentido de la justicia, muy creativa y buena estudiante
Durante la celebración, su familia puso de manifiesto en los discursos que es una adolescente con un fuerte sentido de la justicia, y “concienzuda”… “Nunca aceptaste un no sin preguntar por qué. Te gusta entender y filosofar”; dijo su padre… Que tiene mucho temperamento, un gran sentido del humor y risa contagiosa; que es muy creativa -le gusta escribir historias-, buena estudiante, y que es, en la naturaleza donde encuentra la paz y el control: “Cuando esquías en el bosque. Cuando surfeas lejos y sola”.
Y, en un día tan especial, Ingrid también tomó la palabra para agradecer a sus padres una “infancia segura y llena de amor, cariño y experiencias felices”; sin olvidar a sus hermanos el príncipe Sverre Magnus, y Marius Borg -el hijo que tuvo la princesa antes de conocer al príncipe Haakon- y a sus abuelos. Especialmente, a la madre de Mette-Marit quien, al igual que Paloma Rocasolano, en el caso de la princesa de Asturias, también ha sido un puntal enorme en la vida de Ingrid.
“Gracias a mi querida abuela Marit por estar siempre ahí…”
“Gracias a mi querida abuela Marit por estar siempre ahí… Por los miles de panqueques que has hecho para nosotros. Por enseñarme a hornear el mejor pastel de crema del mundo, “blaudis”. Por llevarnos al colegio -aunque conducir no es realmente tu fuerte-; y a los entrenamientos deportivos… Gracias por estar siempre con nosotros cuando mamá y papá han estado de viaje. Has sido una gran parte de mi vida. Gracias por todas las historias interesantes y por llevarnos a caminar y bajar a la cabaña. Muchas gracias por cuidarnos”.
Ingrid vive en el Palacio de Skaugum, con 140 habitaciones, y una finca enorme dedicada a la ganadería, la agricultura y la silvicultura. Y de pequeña, en sus palabras, “ni siquiera sabía que era una princesa“.
Anfitriona, en Oslo, de los duques de Cambridge
En las últimas Navidades, fue la encargada de inaugurar las celebraciones con un discurso en la capilla del Palacio Real, aunque ya había debutado en público a la edad de 11 años. Al igual que hizo su padre en los Juegos Olímpicos de Invierno en Lillehammer (1994), Ingrid fue la encargada de encender la llama olímpica de los Juegos Olímpicos de la Juventud de Invierno 2016.
Asimismo, en enero de 2018, sorprendió al convertirse en anfitriona de los duques de Cambridge durante la visita que realizaron al parque de esculturas Ingrid Alexandra (Oslo). Además, ese mismo año, en noviembre de 2018, también bautizó el nuevo barco de investigación de Noruega, el FF Príncipe Heredero Haakon… Un acto que la conecta con la princesa Leonor, quien, el pasado mes de abril, también amadrinó la puesta a flote del submarino S-81 Isaac Peral.
A las dos les encanta leer, la música, la cocina, los animales
No es lo único que comparten. A las dos les encanta leer, la música -Ingrid toca el piano y Leonor el violonchelo - y la actividad física. La princesa noruega practica el kickboxing, fue campeona de surf de su país, en categoría junior en octubre del pasado año y es una apasionada del esquí. El único deporte que hemos visto practicar a la princesa de Asturias hasta el momento, aunque la hija de los Reyes de España, también juega al tenis y monta a caballo.
Las dos, también son grandes defensoras del medio ambiente. Ingrid, desde una posición más oficial, lo ha demostrado públicamente en numerosas ocasiones. Desde que era muy pequeña -pertenecía al grupo verde de su jardín de infancia-; a la última vez, cuando, en su confirmación, entregó a cada invitado una “hoja de semillas” para plantar con una nota: “con el tiempo, emergerán flores coloridas de verano. Espero que sea un lindo recuerdo y un recordatorio de que solo nosotros podemos cuidar nuestra tierra”.
A las dos princesas también les encanta la cocina, la moda y los animales, aunque de nuevo es Ingrid la que siempre da muestras de ello. Inseparable de sus perros, Milly Kakao y Muffins, los ha calificado como los mejores perros del mundo y le encanta fotografiarse con ellos.
Ingrid Alexandra está a menos de un año de llegar a la mayoría de edad, lo que supondrá para ella un gran cambio de vida. Universidad, formación militar (podrá elegir si la hace o no) y mucha agenda institucional. Sus abuelos los reyes Harald y Sonia so mayores; y su madre, la princesa Mette-Marit, tiene una agenda muy reducida desde que le diagnosticaron fibrosis pulmonar crónica, aunque la princesa hace ya mucho tiempo que aceptó su destino. Algún día será la primera reina de Noruega por derecho propio, en 600 años. También, la primera nacida en el país, ya que la única mujer que se sentó en el trono hasta ahora fue la soberana danesa Margarita I (1412).