El año 2020, al que estamos a punto de decir adiós, no ha sido muy bueno para el rey Harald de Noruega, que ha tenido varios achaques de salud que le han llevado al hospital en diversas ocasiones. Uno de estos ingresos más graves tuvo lugar a primeros del pasado mes de octubre cuando acudió de urgencia al hospital aquejado de una dificultad respiratoria que para que fuera solucionada exigía el cambio de una válvula cardiaca. La operación fue un éxito, pero para su completa recuperación, sus médicos dictaminaron que el soberano debía permanecer de baja en Palacio sin participar en ningún acto oficial hasta noviembre. A sus 83 años el monarca noruego ha retomado este jueves sus compromisos institucionales con dos audiencias.
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La primera de sus citas tras estas semanas convaleciente fue una audiencia con el ministro de Relaciones Exteriores en la que estuvo acompañado por su mujer, la reina Sonia y por su hijo, el príncipe Haakon. Hora y media más tarde y esta vez en solitario, el rey Harald recibió a los nuevos embajadores destinados en el país en una audiencia solemne. Con buen aspecto, aunque algo más delgado y vestido con uniforme militar de gala, el Rey recibió a los nuevos embajadores destinados en el país, entre los que se encontraban la nueva representante diplomática de Grecia, Anna Korka; el de Emiratos Árabes Unidos, Mohammed Hareb Bradha Khalfan Al Mehairbi, y la de Tailandia, Karntimon Ruksakiati, en un acto que se desarrolló en una de las salas de Palacio donde entregaron sus cartas credenciales.
En todas estas semanas que ha estado recuperándose tras pasar por la mesa de operaciones ha sido su hijo el que le ha sustituido en la gran mayoría de actos en calidad de regente, una gran responsabilidad que asumió por primera vez con motivo de esta baja de su padre. Así, presidió, por primera vez, la apertura del parlamento, el acto más relevante que la Constitución noruega reserva al soberano. Esto no ocurría en el país desde hacía tres década, concretamente durante la enfermedad que sufrió el rey Olav en 1990.
- Sonia y Haakon de Noruega visitan al rey Harald en el hospital tras su intervención cardíaca
La intervención de corazón del soberano consistió en la sustitución de la válvula aórtica que se le implantó en el año 2005 y con la que se espera que mejore su calidad de vida y pueda respirar mejor. A pesar de tener que ser operado en uno de los órganos vitales, el monarca estuvo despierto durante la cirugía, ya que se le administró anestesia local y no se le intervino a corazón abierto, sino a través de la ingle. La sustitución se hizo en una sala híbrida, una mezcla de laboratorio de rayos X y quirófano. Primero, se le instaló un maracapasos temporal y después se llevó a cabo el procedimiento en sí: se insertó una válvula cardiaca biológica a través de una arteria inguinal y se colocó dentro de la válvula anterior. De este modo, la antigua fue solapada y sustituida. Tras el procedimiento fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para una mayor vigilancia y tras tres días en el centro hospitalario fue dado de alta.
A los pocos días de su paso por el hospital, se publicó un libro, El Rey cuenta, que abordaba algunos aspectos como que el suicidio de Ari Behn, exmarido de Marta Luisa de Noruega,o la muerte de su madre.. "No tenía ninguna duda de que lo que le había sucedido a Ari Behn debía incluirse en el discurso de Año Nuevo. Cuando su familia decidió ser transparente con el tema fue algo natural. Habría estado totalmente mal si no lo hubiera includio, sin embargo, fue difícil para mi encontrar las palabras adecuadas porque hablaba del padre mi mis nietas", se detalla en el ejemplar. Hay que recordar que la princesa Marta de Suecia, madre del Rey, murió víctima de un cáncer cuando él tenía solo 17 años.