No están siendo unas navidades fáciles para la Casa Real noruega en su conjunto ni, concretamente, para el rey Harald. La muerte de Ari Behn, ocurrida el día de Navidad, vino a convertir 2019 en una suerte de annus horribilis para el soberano, que ya había afrontado en los últimos meses desde polémicas por la relación de su hija Marta Luisa con el chamán Durek Verret hasta enfermedades tanto de su nuera Mette Marit como de él. De hecho, a mediados de diciembre sufrió una infección vírica que le impidió, entre otras cosas, presidir el Consejo de Estado, algo que tuvo que hacer su hijo Haakon en su lugar.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Ahora, cuando solo han pasado cuatro días desde el funeral de Ari Behn, el que fuera su yerno durante casi tres lustros, Harald de Noruega ha tenido que hacer frente a un nuevo traspiés, en esta ocasión de índole profesional. Tal y como anunciaba la Casa Real este lunes, el monarca se veía abocado a cancelar su presencia en el acto que tenía previsto: la inauguración del campo petrolero Johan Sverdrup, situado en el Mar del Norte, un compromiso oficial que se ha celebrado este mismo martes y al que han acudido autoridades del país como la primera ministra Erna Solberg.
Al parecer, entre las razones que se han esgrimido para explicar la ausencia del monarca en el campo petrolífero han sido las "presiones" y las tensiones recientes desatadas en torno a la plataforma. Y es que el partido verde ha criticado a la compañía petrolera y al gobierno por colocar al rey Harald en una tesitura complicada al acudir a presidir un evento "que contribuirá masivamente a la crisis climática".
La controversia se ha desatado entre las distintas ideologías hasta el punto de salpicar al monarca, quien tiene tras de sí una larga trayectoria de apoyo a la industria del petróleo en Noruega. Con todo, en esta ocasión ha preferido mantenerse al margen de la polémica, teniendo en cuenta además la complicada situación personal y familiar que vive ahora la institución con el reciente fallecimiento de Ari Behn.
Este triste suceso ha afectado no solo a los miembros de la Familia Real, sino también a sus agendas. La semana pasada, coincidiendo con el funeral del escritor, los reyes Harald y Sonia también cancelaron los actos oficiales que tenían previstos para entonces. Ya lo dijo el soberano durante su discurso de Año Nuevo.
"Varios de nosotros empezamos el Año Nuevo con tristeza en nuestros corazones, pero la esperanza nos pertenece a todos. Mi deseo esta noche es que la esperanza nos inunde a todos. Estamos fuertemente afligidos por la muerte de Ari Behn (...). Hay consuelo en todos los buenos recuerdos y bellas palabras que se han dicho sobre el padre de tres de nuestros queridos nietos. A veces la vida es demasiado corta. Para algunos se oscurece tanto que nada ayuda. Ni siquiera el amor de sus seres queridos. Algunos no ven otra manera de afrontar la vida. Los que quedan deben vivir. Más aún sin la persona que amaban. Sabemos muy poco sobre lo que está por venir. La incertidumbre nos hace a todos vulnerables. Lo mejor que podemos hacer es estar unos con otros, vernos, recordar decirnos buenas palabras. Mis pensamientos esta noche están especialmente con todos aquellos que salen del año viejo con un triste vacío porque falta alguien con quien estaban felices", comentaba entonces.