Ingrid de Noruega, la buscadora de murciélagos
La Princesa participó en la inspección anual de estos animales que se realiza desde hace diez años en Skaugum
El día a día de los miembros de las Familias Reales suele asociarse con compromisos de elegancia, sofisticación y glamour. Efectivamente, la agenda de los reyes, reinas, príncipes y princesas alberga dentro y fuera de palacio este tipo de citas de etiqueta y de gala, pero son muchas las causas reales y también asumen otro tipo de obligaciones más de andar por campo. Como aquella vez en la que Haakon y Mette-Marit de Noruega se remangaron para ordeñar una vaca en la apertura de la exhibición agrícola Dyrskun de 2016.
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La princesa Ingrid, que reunió el pasado 31 de agosto a un gran número de miembros de la realeza en Palacio por su confirmación, incluido su padrino Felipe VI que le hizo un regalo muy especial para marcar la ocasión, ha dejado su exclusivo bunad y su vestido viral de aquel gran día a buen recaudo en su vestidor y esta vez ha cogido unos guantes de zoóloga y una escalera de pintor, para convertirse en buscadora de murciélagos una vez más. En 2011, la Princesa y su hermano Sverre, entonces de 7 y 6 años respectivamente, colocaron cajas nido en los árboles para dar cobijo a algunas de esas especies en peligro de extinción. Días después acudieron de nuevo para comprobar su estado. Encontraron quince murciélagos.
Como la experiencia es un grado, en esta ocasión la Princesa ha demostrado cierta habilidad en el manejo de estos mamíferos con alas y ha enseñando a cámara un pequeño ejemplar en sus protegidas manos. Uno de tantos, porque la residencia Skaugum de los Herederos de Noruega se encuentra en Asker, el área del país escandinavo con mayor variedad de especies de murciélagos. Desde hace casi 10 años, estos animales cuelgan en Skaugum y anualmente se hace un control para realizar un seguimiento de las reservas.
Ingrid de Noruega, como una verdadera Jane Goodall en ciernes -también ha dado de comer a focas en una visita junto a su padre al acuario Polaria-, ha contribuido en esta nueva inspección a atenuar el estigma que cargan los murciélagos, que pueden llegar a ser transmisores de la rabia por mordedura o arañazo. Aunque, por otro lado, aportan múltiples beneficios a la salud de los ecosistemas y al bienestar humano: dispersan semillas, polinizan frutas, controlan plagas y han hecho aportes a la medicina. Todo tiene sus pros.
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