La Casa Real noruega anunció el pasado miércoles que Mette-Marit padece fibrosis pulmonar, una dolencia que podría alterar su agenda oficial, de ahí que fuera una gran sorpresa verla en la cena que cada año ofrece la Familia Real a los miembros del Parlamento. La Princesa apareció en el Palacio Real de Oslo junto a su marido, el príncipe Haakon, quien horas antes había confesado su preocupación en la emisora de radio NRK. “Necesitaremos más investigación e iremos resolviendo las cosas con el tiempo, pero probablemente haya cuestiones que no podamos responder, por lo que es posible que tengamos que vivir con cierta incertidumbre", dijo.
Como una imagen vale más que mil palabras, Mette-Marit de Noruega se mostró de lo más sonriente ante las cámaras, mandando así un mensaje de tranquilidad tras el revuelo causado por la noticia. La Princesa, que coronó su estilismo con unas joyas impresionantes, afronta con entereza su enfermedad. "A pesar de que este diagnóstico pueda, en ocasiones, limitar mi vida, me alegro de que se haya descubierto pronto. Mi objetivo es poder seguir trabajando y participando en el programa oficial tanto como sea posible", aseguró en el comunicado de la Casa Real.
Mette-Marit, de 45 años, padece una una variedad “poco común” de fibrosis, diagnosticada después de ser sometida a varias pruebas, según señaló su médico personal, Kristian Bjøro, del Hospital del Reino de Oslo, en dicho comunicado. Los médicos no han averiguado todavía si es parte de un proceso de enfermedad autoinmune más amplio o si hay otras causas para los cambios pulmonares. "La Princesa tendrá que seguir haciéndose pruebas en el futuro y también experimentar con tratamientos. Teniendo en cuenta su enfermedad, es normal que mantengamos contacto con médicos del extranjero", ha revelado Kristian Bjøro.
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