Alberto y Charlene de Mónaco han presidido los actos principales por el Día Nacional del Principado. Uno de los grandes acontecimientos de su agenda institucional donde el monarca ha estado acompañado por toda su familia y que supone la confirmación definitiva de que la Princesa ha retomado plenamente y con gran intensidad sus compromisos oficiales. Charlene se encuentra en plena forma tras el bache de su salud en el año 2021 que la hizo retirarse de sus funciones institucionales. Es la culminación a un año en el que la Princesa y su marido han participado en múltiples y variados actos y donde han mostrado una gran unión a prueba de cualquier tipo de especulación sobre su matrimonio.
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La pareja principesca ha estado acompañada en esta jornada por toda la familia Grimaldi. Tampoco han faltado las hermanas del monarca, las princesas Carolina y Estefanía, siempre al quite y dispuestas a apoyar a su hermano, ni sus sobrinos. Pierre Casiraghi, con su esposa, Beatrice Borromeo; Andrea Casiraghi, con Tatiana Santo Domingo; Carlota Casiraghi, Alejandra de Hannover y Louis Ducruet, con su mujer Marie; Pauline Ducruet y Camille Gottlieb.
A las 9:30 horas, la familia principesca se ha dirigido a la catedral de Nuestra Señora Inmaculada, conocida como Catedral de Mónaco, para participar en una misa de acción de gracias y un Te Deum. En esta ocasión, la princesa Charlene se ha decantado por un impactante total look en color rojo, compuesto por abrigo, vestido, tocado, guantes y botas, siguiendo así la tradición de los últimos años en los que siempre ha acudido con ese tono o de blanco, al igual que la bandera de Mónaco. También ha destacado la princesa Carolina, muy elegante con un traje en tweed negro con pequeñas lentejuelas y perlas y una gran pamela blanca. La princesa Estefanía ha legido un abrigo gris.
Entre los invitados a la misa en la Catedral, bellamente engalanada con rosales rojos, se encontraban los hermanos de Charlene, Gareth y Sean Wittstock, quienes tienen una gran presencia en la vida pública del Principado. Asimismo, en el primer banco se ha sentado Mélanie-Antolinette Costello de Massy, cuya madre, Elizabeth-Ann de Massy, era prima hermana del príncipe Alberto y que se ha convertido en uno de los mayores apoyos de Charlene.
Tras la ceremonia religiosa, pasadas las 11:00 horas, Alberto II ha acudido, junto con toda su familia, a la ceremonia de entrega de insignias y medallas en Palacio que ha dado paso a un desfile militar en la plaza del palacio principesco. Ha sido allí donde se ha visto a los mellizos Jacques y Gabriella, quienes en menos de un mes, el 10 de diciembre, cumplirán nueve años. El pequeño heredero estaba de lo más gracioso vestido con uniforme y haciendo el saludo militar, mientras que su hermana, una mini Charlene, llevaba un abrigo azul con un corte idéntico al de su madre. Todos juntos y con gran solemnidad han escuchado y cantado el himno nacional.
En un de los estrados estaban el resto de familiares del Principe y la Princesa. Así, se ha visto a Carlota Casiraghi, sin su marido, pero acompañada por sus hijos Raphaël, el niño que tuvo con el humorista francés Gad Elmaleh de 9 años, y Baltahazar, de 5 años, fruto de su unión con el productor de cine francés. Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo han estado en la plaza de Palacio con sus pequeños Stefano (6) y Francesco (5). Sasha (10), India (8) y Maximilian (8), los hijos de Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, tampoco han querido perderse la parada militar. Todos los nietos de Carolina de Mónaco estaban adorables y muy elegantes con sus abrigutos y trajes con corbata.
Haciendo gala de su gran estilo, la hija de la princesa Carolina también ha vestido en rojo de la mano de su firma preferida, Chanel, con un conjunto de minifalda y chaqueta y un cinturón fino para marcar figura. Su cuñada, Beatrice Borromeo ha elegido un elegantísimo estilismo en color granate de terciopelo mientras que la princesa Alejandra de Hannover ha optado por el negro con un vestido en tweed con lazo en la cadera y abrigo al tono.
- La princesa Charlene regresa a Sudáfrica donde ha vivido sus mejores y sus peores momentos
Tras la imposición de condecoraciones, la extensa familia Grimaldi se ha dirigido al Palacio para ver desde sus balcones el vistoso desfile militar. Es allí donde se han producido las imágenes más simpáticas de los hijos del monarca y de los nietos de la princesa Carolina. Gabrillea de Mónaco parecía que en algún momento estaba molesta con su tocado y se frotaba los ojos al igual que su hermano, quizá, acusando ya el cansancio de la jornada o evitando la luz del sol, mientras su madre les explicaba algunas cosas del acto. También el balcón del Palacio Grimaldi nos ha dejado unas preciosas fotografías del lado más maternal de Carolata y Beatrice, abrazando a sus hijos, dándoles besos y muy pendientes de ellos.
Ya por la tarde, los festejos continuarán en el escenario del Espace Léo Ferré con la cantante Anna Chedid, más conocida por su seudónimo de Nach, quien al piano que deleitará a la familia principesca con su espectáculo Caruso en Mónaco, un concierto pop-rock de lo más original.
Este domingo supone el culmen de unas celebraciones por el Día Nacional de Mónaco que arrancaron la víspera cuando el príncipe Alberto, la princesa Charlene y la princesa Carolina acudieron al Yacht Club para participar en la cena de embajadores y donde hubo espectaculares fuegos artificiales en el puerto deportivo.
Antes, y para ir calentando motores, Alberto y Charlene de Mónaco concedieron una entrevista conjunta en Monaco Matin donde hablaron sobre la educación y las cada vez mayores obligaciones de sus hijos. El futuro monarca y su hermana son dos de los pequeños royals con una agenda de lo más apretada. “No hay una edad concreta para empezar. Las cosas hay que hacerlas poco a poco, sin forzar. Ahora, no los queremos exponer demasiado, pero, por supuesto, cuando sean más mayores se involucrarán en más actividades”. Como niños de su generación, están plenamente concienciados con el cuidado del medio ambiente y también con sus raíces sudafricanas, el país natal de su madre. “Han estado en Sudáfrica varias veces y disfrutan mucho de esos viajes. Muchas veces me dicen que quieren volver para ver animales o visitar granjas. Para mí es muy especial poderles mostrar el entorno en el que crecí”, ha contado la Princesa.
En estos últimos meses, tanto el príncipe Alberto como la princesa Charlene han querido zanjar, de nuevo, los rumores sobre crisis en su matrimonio, unas especulaciones que comenzaron durante la convalecencia de la Princesa en Sudáfrica y que la obligaron a permanecer lejos de Mónaco. Este verano los comentarios resurgieron de nuevo a raíz de unas informaciones que apuntaban a que el matrimonio hacía vidas separadas porque ella vivía en Suiza y solo se desplazaría al Principado para cumplir con un número de actos oficiales. “Charlene está siempre a mi lado (...) No entiendo todos estos rumores que me duelen sobre ella de que si vive en otro lugar, en Suiza, con citas previas para vernos. Falsedad”, dijo en el Corriere della Sera el pasado septiembre. Días después era Charlene la que aseguraba que “todo está bien en nuestro matrimonio”, en declaraciones a News 24.
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