La rutina de Carlota Casiraghi se desarrolla en París, donde lleva una vida familiar y tranquila, manteniendo a sus dos hijos ajenos al foco mediático y alejados de los compromisos institucionales de los Grimaldi. Ahora, sin embargo, en su regreso a la agenda oficial de Mónaco, ha estado acompañada de su primogénito, Raphaël, que se ha convertido en el gran protagonista de la jornada. A punto de cumplir ocho años (soplará las velas en diciembre) ha sido testigo de la clausura del Concurso Internacional de Salto de Montecarlo, del que su madre es presidenta honoraria desde hace más de una década. En esta competición ecuestre, el nieto de Carolina de Mónaco, que también estaba presente, conquistó a todos los asistentes con su espontaneidad y curiosidad por todo lo que le rodeaba.
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En el puerto de Hércules, escenario de esta cita deportiva que se ha extendido durante tres días, Raphaël, que nació de la relación entre Carlota y Gad Elmaleh, se mostró algo tímido cuando pisó el circuito con su madre y su abuela. Con traje de lino y camisa de rayas, el niño caminaba con la mirada puesta en la arena, pero muy rápido empezó a sentirse cómodo y a observar con detenimiento los últimos minutos de competición o la entrega de premios, en la que participó activamente. Tanto Casiraghi como la princesa Carolina, que volvieron a dar una lección de estilo, le explicaban el funcionamiento de todo lo que les rodeaba mientras él no dejaba de aplaudir. También le animaron a acariciar uno de los imponentes caballos que logró encabezar el podium.
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Aunque en todo momento estuvo al lado de su familia y se portó muy bien, siguiendo al pie de la letra todo lo previsto para la ceremonia de entrega de premios, Raphaël también se dejó llevar por la curiosidad durante algunos instantes. Mientras Carlota y Carolina esperaban a los premiados y compartían charla con una de las autoridades, el pequeño se alejó unos metros para ver con detalle uno de los elementos del circuito. En la pista hay un enorme reloj que imita a uno de pulsera para marcar los tiempos de cada competidor y el sobrino de Andrea y Pierre Casiraghi no pudo resistirse a tocarlo y observarlo de cerca, con detenimiento. Un gesto espontáneo y muy simpático que hizo las delicias de los allí presentes.
Un gran cambio
La última vez que habíamos visto en un acto público a Carlota Casiraghi con su hijo mayor fue en verano de 2018 durante un concurso náutico celebrado en el Principado. Poco antes acompañaba a los Grimaldi en el balcón del Palacio para celebrar con todos los monegascos el Día Nacional y presenciaba el Eprix de Mónaco con el príncipe Alberto y Louis Ducruet. Desde esas apariciones han pasado ya tres años y ha sorprendido lo mucho que ha crecido Raphaël, quien guarda un gran parecido con su mamá puesto que ambos tienen el mismo color de ojos. En este tiempo, además, se ha convertido en hermano mayor. Cabe recordar que en octubre de 2018 nacía Balthazar Rassam, el primer hijo de Carlota con el productor de cine Dimitri Rassam.
Carlota Casiraghi ya abandonó la competición y su carrera como amazona para centrarse en la familia y en la Filosofía (el pasado año retomaba los estudios universitarios), pero sigue estrechamente vinculada al mundo ecuestre. Además de entregar los premios en la clausura del Concurso Internacional de Salto de Montecarlo, en la segunda jornada también acudía a dar unos galardones y disfrutar de la exhibición de sus excompañeros al lado de su tío, el soberano monegasco.
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