“Este año definitivamente me dio un golpe bajo. La gente se apresura a decir: ‘Oh, ¿por qué no sonríe al ver las cámaras?’ A veces es difícil sonreír. No saben lo que ocurre en el fondo”, declara a la publicación sudafricana Charlene de Mónaco, que en la imagen asiste a la tradicional entrega de regalos de la Cruz Roja sin el brillo de otros años.