¡Amor de hermanos! Los mellizos de Alberto y Charlene de Mónaco, más tiernos que nunca

Los pequeños Jaques y Gabriella de Mónaco han aparecido, un año más, en la tradicional festividad de Santa Devota, la patrona del Principado, y lo han hecho protagonizando una bonita estampa. Es la segunda vez que hacen acto de presencia en esta celebración, que da comienzo un día antes con el tradicional paso de la Virgen.

Posteriormente, Alberto de Mónaco, su esposa Charlene y sus dos hijos acuden a la multitudinaria misa en Montecarlo y acompañan la imagen de  Santa Devota durante la procesión. Ha sido en este momento cuando hemos sido testigos de uno de los momentos más tiernos de los dos hermanos, Jacques y Gabriella de Mónaco.

Cabe recordar que la princesa Charlene de Mónaco está muy vinculada a Santa Devota. No en vano, la Virgen les acompañó en el día de su boda cuando la exnadadora le ofreció muy emocionada su ramo de novia tras la ceremonia que le unió en matrimonio con Alberto de Mónaco, en julio de 2011.

El año pasado, los pequeños Jacques y Gabriella fueron los protagonistas, aunque en aquella ocasión protagonizaron uno de los momentos más divertidos de la jornada al asomarse entre los barrotes del Palacio con miradas curiosas y sonrisas traviesas.

Esta vez, los dos hermanos han vuelto a acaparar todas las miradas después de que se hayan intercambiado sonrisas y abrazos. Las muestras de cariño han sido constantes entre uno y otro protagonizando uno de los momentos más tiernos de ambos.

En un momento determinado, la pequeña Gabriella se acercó a su hermano Jacques con un muñeco en sus manos y, con los ojos cerrados, se fundió en un cariñoso y emotivo abrazo que captaron las cámaras de los periodistas allí congregados.

Fue uno de los momentos más tiernos de todo el acto y los dos hermanos dejaron entrever la buena sintonía que existe entre ellos. El hecho de que no exista diferencia de edad -son mellizos- ha influido sobremanera en la buena relación que mantienen. Ambos juegan juntos y comparten risas y diversión, aunque no juguetes, pues el pequeño Jacques tenía en sus manos un cochecito que nada tenía que ver con el muñeco que portaba su hermana Gabriella.

Alberto, Charlene y sus dos hijos han acudido esta vez en solitario a la tradicional misa y procesión. En anteriores ocasiones se habían dejado acompañar por otros miembros de la familia Grimaldi, como la princesa Carolina o alguna de las hijas de ésta.

Tras la tradicional misa y procesión de Santa Devota, la familia al completo cumplió con otra tradición: prender fuego a un barco de pesca en memoria de un capitán que fue capturado por robar las reliquias de la santa.