El vestido que llevaba la princesa Carolina al gran baile constaba de una parte superior con un patrón geométrico de pequeños triángulos blancos y negros, rematada por una banda de raso de color rosa empolvado, y una falda blanca con motivos en negro y chispas de oro que terminaba, al igual que las mangas, con volantes de gasa bordeados de negro
El vestido de la Princesa parece inspirarse en el de esta imagen de 1909 de Emilie Flöge, compañera del pintor modernista Gustav Klimt y diseñadora de renombre en Viena a principios del siglo XX, antes de la Segunda Guerra Mundial arruinara su casa de moda
Carolina de Mónaco asistió al último Baile de la Rosa con su vestido más grandilocuente, que evocaba a los muchos llevados por Emilie Flöge, la compañera del pintor Gustav Klimt, uno de los representantes del movimiento modernista de la Secesión de Viena, leit motive del evento
Una de las obras de Gustav Klimt en la que la protagonista, Adele Blocher-Bauer I, lleva un vestido con el mismo mosaico geométrico que llevaba la princesa Carolina