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La princesa Carolina, primogénita del príncipe Raniero de Mónaco y Grace Kelly, nació el 23 de enero de 1957

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Cuando Carolina pasó a formar parte de aquel cuento de hadas que sus padres, el príncipe Raniero y la princesa Grace, se empeñaron en escribir, nadie pudo imaginar que aquella niña llegara a ejercer tanta influencia

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Los primeros pasos de glamour de la princesa Carolina de la mano de su madre, Grace de Mónaco

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La afición de Alejandra de Hannover al patinaje sobre hielo se remonta a la más tierna infancia de Carolina de Mónaco

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Carolina de Mónaco era, en palabras de la princesa Grace a la revista ¡HOLA!, "muy activa e inteligente" y "se interesaba por todas las cosas": "De todas formas, Carolina se siente, ¿cómo diría yo?, un poco frustrada. Ella quiere ser una chica más"

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Carolina, además de Princesa, era una joven como todas las jóvenes, y Grace, además de Consorte, era una madre como todas las madres y prohibía las mismas cosas a sus hijos que todas. No quería que crecieran demasiado deprisa: "Por ahora Carolina no tiene necesidad de emplear pinturas y maquillajes. Es todavía muy joven"

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Pero ocurrió lo inevitable. Carolina de Mónaco creció y desde entonces su rostro iluminó una y otra vez las portadas de las revistas

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La princesa Carolina se convirtió en la novia de Europa

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La princesa Carolina, reina de todos los bailes, en uno de sus primeros vals

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Uno de los atesorados momentos de felicidad de la princesa Carolina compartidos con su padre, Raniero de Mónaco

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La princesa Carolina, junto a sus padres y su hermana, Estefanía, justo detrás de ella, en el maravilloso espectáculo del circo, en aquellos tiempos felices de los Grimaldi, antes de que la fatalidad se cruzara en sus vidas

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Cuando la novia de Europa salió de palacio (y de la atenta mirada de una madre exigente y tierna), se marchó rumbo a París, donde conoció a Phillipe Junot

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El primer gran amor de la Princesa desembocó en boda, pero no en el 'vivieron felices para siempre'

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La princesa Carolina se casó con Phillipe Junot el 29 de junio de 1978. Dos años más tarde, se rompió aquel matrimonio, que nunca fue visto con buenos ojos por Raniero y Grace
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Cuando la joven princesa apenas lograba superar su separación, un terrible accidente de automóvil acabó el 13 de septiembre de 1982 con la vida de su madre, la muy querida Gracia de Mónaco

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La princesa Carolina ejerció de hermana mayor, y a veces de madre, de la jovencísima princesa Estefanía, que perdía a su madre con apenas 17 años

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Por muy duro que fuera el golpe, la vida continuaba. Con el tiempo, la Princesa logró encontrar las fuerzas para volver a empezar. Vivió entonces un breve romance con Roberto Rossellini
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La princesa Carolina se convirtió en digna sucesora de su madre, la princesa Grace. Inmensamente bella, pero también con un inevitable halo de tristeza, producto de la pérdida de su madre
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Carolina de Mónaco fue la perfecta Primera Dama en ausencia de su madre

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La princesa Carolina volvió a encontrar el amor de la mano del multimillonario italiano Stefano Casiraghi

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La novia de Europa había encontrado a su príncpe azul y al gran amor de su vida

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La princesa Carolina se casó por lo civil con Stefano Casiraghi el 29 de diciembre de 1983

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Eran la pareja bonita de la prensa del corazón, que daba brillo y esplendor al papel couché

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Pronto llegaron los niños para coronar su amor y felicidad de pareja. Tuvieron tres hijos: Andrés Alberto Casiraghi (8 de junio de 1984); Carlota (3 de agosto de 1986); y Pierre (5 de septiembre de 1987)

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Ningún vals era tan romántico como cuando lo bailaban Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi

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Para muchos, la belleza de la princesa Carolina llegó a su punto más álgido durante su matrimonio con Casiraghi: una época de felicidad y equilibrio

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Carolina de Mónaco brillaba en cada foto más que en la anterior

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La belleza de la princesa Carolina reinaba en las revistas del mundo entero

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Eran los años dorados de Carolina de Mónaco

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Los Casiraghi eran la estampa de una familia feliz

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Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi formaron una preciosa familia numerosa

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Y la pareja puso su amor a toda a vela

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Hasta que una ola traicionera acabó con la vida de Stefano cuando este luchaba en la mar por convalidar su título de campeón del mundo de off-shore

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La muerte asaltó de nuevo el corazón de Carolina y lo hizo añicos arrebatándole esta vez a su marido, Stefano

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La princesa Carolina sacó fuerzas de lo más profundo de su ser por sus hijos; se retiró de la vida social y vivió en la Provenza

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Durante estos años en los que cría sola a sus tres hijos como “campesina” en St. Remy y viste vestidos provenzales, mantuvo una estrecha relación con el actor francés Vincent Lindon

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La princesa Carolina puede reírse a carcajadas, disfrutar como nadie de una celebración entre amigos o de unas vacaciones, pero no podrá evitar mirar a su alrededor con un halo de tristeza

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El príncipe Ernesto Hannover rescató a la princesa Carolina de su duelo –se casaron en 1999 y tienen una hija en común- para coronarla con los títulos y las joyas de los Hannover

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Una imagen del día de la boda de la princesa Carolina con el príncipe Ernesto Augusto de Hannover, duque de Brunswick y Luneburg

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Con su matrimonio, la princesa Carolina no sólo emparentaba con algunas de las dinastías más antiguas de la realeza europea sino que, además, pasaba a ser Soberana del antiguo reino de Hannover

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Carolina de Mónaco, con un físico envidiable y muy elegante, dedica una cómplice sonrisa a su esposo, Ernesto de Hannover, durante la 57ª edición de la Gala de La Cruz Roja de Mónaco

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Mientras el príncipe Alberto se decide a casarse, la princesa Carolina sigue ejerciendo de Primera Dama

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Su hija Alejandra, fruto de este matrimonio, acaba por poner una nota de felicidad

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Volvíamos a ver a la princesa Carolina en su papel de madre amantísima
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Se puede decir que al acercarse a los cincuenta, surge una nueva Carolina, más alejada del protagonismo social de otras etapas de su vida y centrada en la ayuda a los más desfavorecidos

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La princesa Carolina volvió a hacer alarde de belleza y elegancia con un espectacular traje de Chanel en la ceremonia de despedida de novios de don Felipe y doña Letizia, la víspera a su boda. Y, al día siguiente, asistió sola, sin Ernesto de Hannover, al enlace

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Una de las últimas imágenes de la princesa Carolina con su padre, que falleció en abril de 2005

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La princesa Carolina visitando a Ernesto de Hannover durante su recuperación de una pancreatitis aguda en plenos Alpes austríacos

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La muerte de Raniero, aunque era previsible por su edad y por su larga enfermedad, no dejó de ser menos dolorosa para Carolina de Mónaco
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Con ocasión de la coronación del príncipe Alberto, pudo observarse la buena sintonía entre los Grimaldi

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Alberto de Mónaco con sus hermanas, las princesas Carolina y Estefanía, en unas fotografías oficiales con motivo de su entronización

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Desde que falleciera el príncipe Raniero, las dos hermanas han decidido demostrar en cada una de sus apariciones públicas que, más allá de sus rivalidades y desencuentros, seguirán “trabajando” en la misma línea en que lo hacía su padre

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La princesa Carolina cede gustosamente a sus hijos el protagonismo que ha tenido a lo largo de sus “mil vidas”

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Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover hacen vidas separadas desde 2009. La princesa Carolina, que se enfrenta serena a una nueva separación amistosa, pero sin vuelta atrás, y su hija pequeña, la princesa Alejandra, se mudaron al Principado, mientras el príncipe Ernesto permanece en el hogar conyugal en Fontainebleu

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La Princesa de Hannover es, entre todas, la verdadera musa de Chanel y será eternamente recordada como una de las mujer más fascinantes de nuestra era

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Carolina de Mónaco vio cumplido su sueño de ver casar a su hermano pequeño, el príncipe Alberto, que inauguró en 2011 una nueva era nupcial en la familia. Tres años después, Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo contrajeron matrimonio en una boda blanca en Gstaad, y a los dos Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo se dieron el sí, quiero con una boda infinita

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Carolina y Carlota comparten belleza y su pasión por la moda. Aunque por la diferencia de edad, no acudan a las mismas direcciones, sí que mantienen los mismos gustos en cuanto a firmas y diseñadores. Sobre todo, por Karl Lagerfeld, -diseñador de Chanel-, un gran amigo de la familia

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Carolina de Mónaco, abuela y todo, sigue siendo una mujer espectacular, un símbolo de la belleza y de la feminidad

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La nueva Carolina, más alejada del protagonismo social de otras etapas de su vida, es feliz con sus nietos

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Los nietos de la princesa Carolina y los mellizos de Alberto de Mónaco llenan de alegría Palacio como el pasado Día Nacional., y pronto se les unirá el primer hijo de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo

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