Blanca Li, bailarina, coreógrafa, actriz y directora de cine española, con ballets, óperas, musicales y largometrajes reconocidos en todo el mundo, ha sido la encargada de la dirección, la puesta en escena y algunas partes coreográficas del espectáculo de este año del Baile de la Rosa de Mónaco, la gran cita de la familia Grimaldi del año. Es la segunda vez que lo dirige, la primera fue en la edición dedicada a la Movida Madrileña, con Pedro Almodóvar como invitado especial.
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Académica de las bellas artes, directora de los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid, el año pasado fue nombrada presidenta del establecimiento público del Parque y la Grande Halle de la Villette en París. Con 17 años dejó su Granada natal para irse a estudiar a Nueva York, danza moderna, un viaje revelador, ya que presenció el nacimiento del hip hop y la efervescencia de otras culturas. Fue en Harlem, el barrio en el que vivía con su hermana, la cineasta Chus Gutiérrez, donde formó un grupo de pop que fusionaba el flamenco-rap feminista.
En 1992 regresó a Europa y en París fundó su compañía de danza contemporánea. Desde entonces se ha consagrado como uno de los nombres más importantes de la danza internacional. Su carrera así lo atestigua. A lo largo de su dilatada carrera ha coreografiado a numerosas compañías francesas y españolas y ha dirigido tres largometrajes (Le Défi, Pas à Pas y Electromathematrix) así como numerosos cortos, anuncios y vídeos musicales. Como coreógrafa ha sido elegida por Pedro Almodóvar, Jean-Jacques Annaud, Michel Gondry, Daft Punk, Paul McCartney, Beyoncé, Blur, Coldplay, Jean-Paul Gaultier, Azzedine Alaïa, Chanel, Stella McCartney o Christian Louboutin.
Blanca toma su nombre de su marido, el matemático franco-coreano, Etienne Li, alma económica de su compañía, ya que "Gutiérrez cuesta mucho de pronunciar en otros idiomas". Es dama de la Legión de Honor de Francia y recibió la medalla de oro al Mérito de las Bellas Artes". Sobre su pasión asegura: "Para mí la danza es un lenguaje universal, sin fronteras ni límites de forma o estilo".
¿En qué se ha inspirado para la temática de este año relacionada con el Caribe?
Este año el tema fue un paraíso tropical caribeño, creado por el diseñador Christian Louboutin, quien ejerció como director artístico. Se llamaba Sunset – Bal de la Rose. Invitamos sobre todo a grupos de música, algunos acompañados por sus bailarines. La inspiración fue la música del Caribe, rica y diversa, y a partir de ahí se construyó toda la narrativa del espectáculo. Participaron varios grupos: Koseika, Ethnik 97, Ebony, Steeldrum, Earth, Wind & Fire, y los bailarines de mi compañía. En cuanto al vestuario, cada grupo tenía su propio universo musical y estético. Eso fue lo bonito: cada uno aportaba una identidad visual única.
¿Qué recuerdo guarda de esta experiencia?
El Bal de la Rosa es un evento único, diferente cada año, y tiene como objetivo recaudar fondos para la Fondation Princesse Grace. Existe desde 1954 y es un evento que, cuando asistes, se queda grabado en la memoria. Los invitados saben que están viviendo un momento irrepetible, por eso es tan especial. Es un baile de ensueño, lleno de magia y glamour, entre la tradición y la modernidad.
¿Cuál ha sido la edición que recuerda con más cariño y por qué?
Recuerdo muy bien la edición dedicada a la Movida, que me permitió reunir a muchos amigos de Madrid. Rossy de Palma y yo acabamos sobre el escenario haciendo la tómbola, y fue un momento increíble. Nos lo pasamos fenomenal.
¿Cómo es trabajar con Christian Loubotin?
Trabajo a menudo con Christian Louboutin. Nuestra última colaboración antes del Bal fue el espectáculo París is Louboutining que creamos en la piscina de Molitor con David la Chapel para presentar su última colección de zapatos. Fue una experiencia maravillosa: trabajé con el equipo nacional de natación sincronizada y con mis bailarines para crear una coreografía acuática, algo que soñaba desde niña.
¿Le gustó a la familia Grimaldi su puesta en escena? ¿Cómo son los príncipes de Mónaco en las distancias cortas?
Me gusta mucho la princesa Carolina. Es una persona muy cercana, amable, con un amor real por el arte, especialmente por la danza. Tiene una gran pasión y conocimiento. Lleva muchos años apoyando esta disciplina, desde la creación de la Académie Princesse Grace en Mónaco, con formación y becas para jóvenes bailarines, hasta el impulso a Les Ballets de Monte-Carlo. Le gusta asistir a los ensayos, observa con atención y disfruta, con una mirada crítica y conocedora. Es encantadora. Durante el Bal de la Rosa, toda la familia lo pasa bien y disfruta del momento. Tanto los príncipes como el resto de la familia son cálidos, agradables y divertidos, todos bailaron.
¿Qué tiene el Baile de la Rosa para que sea tan espectacular?
A la gente le encanta la gala porque cada edición es completamente diferente y siempre sorprende. Me apasiona la creación, imaginar un momento único, participar en algo que reúna a personas para vivir un instante de ensueño. El Bal de la Rosa es eso: un sueño hecho evento.
Coreógrafa, directora de cine, bailarina y actriz. No hay duda de que la interpretación y la escena es lo suyo. También fue la responsable del mítico desfile de Dior en Sevilla de 2023
En mi vida, la escena nunca ha faltado. Desde los 12 años he estado en el mundo de la danza y del espectáculo. Nada me hace más feliz que embarcarme en una nueva aventura, reinventar el espacio escénico y crear momentos únicos y diferentes. Una de las experiencias que disfruté muchísimo fue la creación para el desfile de Dior. No solo por lo bellísima que era la colección, sino también por el entorno: la Plaza de España de Sevilla, uno de los lugares más mágicos de la ciudad. Dior me dio total libertad para imaginar el espectáculo que acompañaría la colección. Creé una coreografía con más de 40 bailarinas, Belén López y El Yiyo, un grupo de 10 cajones y una orquesta dirigida por Alberto Iglesias. Todo esto generó una atmósfera irrepetible para un evento muy bello.
¿Nos puede hablar de losespectáculos tiene ahora mismo en cartel?
Actualmente, estoy trabajando en un nuevo espectáculo, además de mantener en gira mi Cascanueces, versión hip hop y mi ballet Dido y Eneas. Mi nuevo proyecto es un espectáculo en realidad mixta: el público lleva unas gafas a través de las cuales se ve el mundo real aumentado con elementos que no existen en el espacio físico. Es una de las primeras experiencias de este tipo en el mundo, y estrenamos el 23 de mayo en el IRCAM de París, con música original de Edith Canat de Chizy.
¿Cuáles de sus trabajos son los que mejores recuerdos le traen?
Cada uno de mis trabajos representa un momento diferente de mi vida. Siempre me queda el recuerdo de la creación y los recuerdos personales que la acompañan. Es como si cada obra fuera un bebé al que cuidas y luego ves crecer con vida propia. Amo todos mis espectáculos porque son una parte de mí.
¿Qué tiene la danza que no tengan otras artes?
Lo que tiene la danza, que no tienen otras artes, es que es un lenguaje universal, sin necesidad de traducción. Se trata de la emoción pura del momento. Y también amo la energía que genera el movimiento, la energía que transmite: cuando ves danza, sientes ganas de bailar.
¿Es su hermana, la cineasta y actriz Chus Gutiérrez, su mayor seguidora?
Vengo de una familia muy artística. Mi hermana Chus, directora de cine, cuyo trabajo adoro, y mi hermano Tao, gran compositor, que ha creado la música para muchas de mis obras. Me encanta trabajar con él.
¿Cómo recuerda su infancia en Granada rodeada de siete hermanos?
Ser de Granada es algo que llevas siempre dentro. Es una ciudad de una belleza extraordinaria, que te marca para siempre. En mi caso, me marcó en muchos niveles: por un lado, los recuerdos de infancia, con mis primos, en una familia numerosa y divertida donde cualquier excusa era buena para una fiesta. Y por otro, la estética de la ciudad: su luz, su arquitectura… todo eso influye mucho en mi trabajo.
¿Qué queda de esa niña que recibió clases de flamenco y formó parte del equipo nacional de gimnasia rítmica?
Mi carrera profesional comenzó muy temprano, a los 12 años, dentro del equipo nacional de gimnasia rítmica. Esa formación me ha acompañado siempre. Antes de ser bailarina, fui gimnasta, y eso me dio una manera muy particular de bailar y una relación única con el trabajo y con mi cuerpo. Además, estudié flamenco durante muchos años, una danza que amo profundamente. Aunque luego me dediqué más a la danza contemporánea, tanto la gimnasia como el flamenco siguen muy presentes en mi trabajo, en todos los niveles.