Alberto y Charlene de Mónaco han sido los primeros miembros de la realeza que han dado por inaugurada la temporada navideña. En compañía de sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, el monarca monegasco y su familia han felicitado con una postal estas fechas y han encendido las luces del Principado, que cada año se transforma en un verdadero Cuento de Navidad.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Como todo en Mónaco, la Navidad también es de lo más glamurosa. Son unas fechas en las que el Palacio Grimaldi y todo el Principado se vuelca con grandiosos abetos en las principales plazas, espectáculos de luz y sonido en edificios emblemáticos y con una decoración en la gran plaza de la residencia de los príncipes Alberto y Charlene que se convierte en el mejor parque temático navideño. 'La Roca', como también se conoce a Mónaco, y la familia Grimaldi tienen sus propias tradiciones, muchas de ellas instauradas por la inolvidable princesa Grace, quien hizo que este pequeño Estado también brillara en la época más emotiva del año.
El pasado 1 de diciembre, los príncipes Jacques y Gabriella, bajo la atenta mirada de sus padres, pulsaron el botón dorado que encendía las luces de Navidad. Los niños quedaron fascinados con los adornos, contagiando su ilusión al príncipe Alberto y la princesa Charlene. Posteriormente, fueron a la Plaza del Casino, donde se instaló el imponente abeto de 18 metros, una de las principales atracciones navideñas.
Un día después, el 2 de diciembre, Alberto y Charlene de Mónaco enviaron su felicitación en la que aparecen sus hijos. Vestidos en tonos marrones y claros y delante de un árbol de estilo rústico y combinado con una cuidada decoración invernal a juego con sus estilismos, la familia ha elegido este año una felicitación más hogareña y tradicional que se desmarca de las anteriores.
Una misa para escolares
La siguiente cita en el calendario navideño monegasco fue una misa en la Catedral de San Nicolás para estudiantes de primaria en honor al santo de los niños por antonomasia, inspiración para Papá Noel. Mientras, por toda la ciudad, los monegascos desenvuelven y exhiben sus figuras de Navidad o santons, unas pequeñas esculturas pintadas a mano en terracota o similar típicas de la Provenza (sur de Francia). Se trata de un colorido elenco de personajes de la vida local que abarcan desde la pescadera hasta otros vendedores y que se colocan en los belenes. El príncipe Alberto suele mostrar su propia colección privada, como parte de una ruta por la ciudad en la que se representan nacimientos de todo el mundo.
Cumpleaños doble en Palacio
Tras esta misa, el siguiente gran acto de la Familia Grimaldi ha sido el cumpleaños de los mellizos Jacques y Gabriella, hijos los príncipes Alberto y Charlene, quienes el 10 de diciembre cumplieron diez años. Es tradición que sus padres organicen una gran fiesta. En ocasiones pasadas, el heredero al trono y su hermana disfrutaron de una divertida celebración temática con personajes como Super Mario Bros o Sonic. Lo cierto es que para su corta edad, los pequeños príncipes tienen una agenda oficial muy ajetreada y dan muestras de dominar ya la escena royal. Un claro ejemplo fue el pasado 19 de noviembre cuando acompañaron a sus padres y a toda la familia Grimaldi en el día Nacional del Principado. Ahora, con la llegada de la Navidad, también se les ha visto participar en numerosos actos de la vida pública.
La tradición que impulsó la princesa Grace
Parte de los actos oficiales que se hacen en la actualidad en la Navidad monegasca los instauró la princesa Grace. A la madre de los príncipes Alberto, Carolina y Estefanía, se le ocurrió en la década de 1950, tras casarse con el príncipe Raniero, invitar a los niños más desfavorecidos a una recepción en la que se les entregarían regalos y verían dibujos de Disney. Además, podrían tomar chocolate caliente elaborado con una receta secreta que incluye leche de vaca de Roc Agel, el refugio de vacaciones de los Grimaldi que alberga 56 hectáreas de cultivos ecológicos que desde 1960 abastecen a las cocinas del Palacio, así como vacas y alrededor de 200 gallinas. Fue un pequeño gesto que con el paso de las décadas se ha convertido en uno de los más significativos de estas fechas.
Una fiesta infantil en Palacio
El Palacio Principesco ofrece cada diciembre una fiesta para todos los niños de Mónaco de 5 a 12 años que previamente se hayan inscrito. Los Grimaldi tienen fama de hacer las mejores fiestas infantiles de Navidad con espectaculares decoraciones con muñecos. A este acto suele acudir la princesa Charlene y sus hijos.
La felicitación más glamourosa…
Hasta la de este año, los príncipes Alberto y Charlene solían optar por hacer la felicitación de Navidad más sofisticada y elegante de todas las Casas Reales. Delante de un abeto profusamente decorado, cuyos adornos cambian cada Navidad, y ante una chimenea, la pareja principesca, acompañada por sus hijos posaban con sus mejores galas para felicitar las Pascuas. Los pequeños de Palacio también aparecían con sus trajes más festivos en los que solían abundar el terciopelo, el tul y la pedrería.
…Y la más hogareña
A pesar de la elegancia de sus posados oficiales, hace unos años, la princesa Charlene compartió una imagen de lo más hogareña de gran parte de los Grimaldi, que dio muestras de cómo celebran estos días en la intimidad de Palacio. Junto a su marido, vestido de rojo y con unos zuecos Crocs, con su cuñada, la princesa Estefanía, ataviada con un jersey de lo más navideño, y los hijos de esta, la exnadadora quiso mostrar la cotidianidad de una familia que de puertas para adentro se muestra divertida e informal.
La decoración, la iluminación y el mercadillo navideño
Además de la transformación que sufre la escalinata de mármol de Carrara y el patio de la residencia del monarca, la plaza del Casino de Mónaco se transforma con su bosque mágico que parece cobrar vida, mientras los escaparates de las tiendas de firmas de lujo ponen sus mejores galas para atraer compradores. La bahía también luce resplandeciente con un bullicioso mercadillo navideño que deja a grandes y pequeños con la boca abierta, que hacen que el Principado brille, aún más si cabe, en esta época del año.
El tronco de Navidad, un invento del chef real
En Mónaco, la Navidad es la época más dulce del año. Además del chocolate a la taza, destaca el tronco de Navidad, obra del antiguo chef real de origen francés Pierre Lacam, quien en el siglo XIX compartió sus recetas en una serie de libros de cocina que tuvieron mucho éxito. Este famoso pastelero inventó este dulce en 1878 a base de mazapán, vacherín y chocolate que está relleno de helado.
El menú de Nochebuena con bacalao a la monegasca
Cada 24 de diciembre se sirve en Palacio como plato principal el tradicional brandamuncium o bacalao a la monegasca, un guiso que adora la princesa Charlene y que se elabora con este pescado en su versión salada con crema de cebolla, ajo y nata y que se suele acompañar de verduras. También hay barbagium, una empanada rellena con calabaza o espinacas, arroz, queso y puerro que se presenta como entrante, al que le sigue las fougasses, grandes panes planos crujientes espolvoreados con anís azucarado y aromatizados con ron y agua de azahar. Todo ello se acompaña de un pan redondo, o pan natal, en el que las nueces y las ramitas de olivo forman una cruz.
El postre está muy influenciado por la cercana Provenza y la mesa navideña acaba con un montón de dulces, hasta 13 platos que representan a Cristo y los 12 apóstoles en la Última Cena. Tampoco faltan los turrones, las frutas confitadas, dátiles, los mendiants compuestos de avellanas, almendras, higos secos, uvas, manzanas, peras, ciruelas pasas y a veces membrillos y caquis.
El príncipe Alberto de Mónaco, nos abrió las puertas de su residencia, el mítico Palacio Grimaldi, para descubrirnos los secretos más ocultos que guarda en su interior. Un espacio único, con siglos de historia, y que ha sido testigo de los acontecimientos más importantes de la familia Grimaldi: la boda de Rainiero y Grace, las tres bodas de Carolina, o la de Alberto con Charlene. Por primera vez, las cámaras de ¡HOLA! entran en esta simbólica edificación monegasca. Un edificio singular que alberga un gran tesoro en su interior y que descubriremos de la mano del propio Alberto de Mónaco. Un documental de 45 minutos producido por ¡HOLA! MEDIA. Entra y descubre 'el gran tesoro del palacio de los Grimaldi'. ¡No te lo pierdas y dale al play!