Mónaco se prepara para vivir los meses más emocionantes del año. Además de la llegada de la Navidad, la familia Grimaldi celebrará a primeros de diciembre el cumpleaños de Jacques y Gabriella de Mónaco. Los hijos mellizos de los príncipes Alberto y Charlene cumplirán diez años el próximo mes y unas semanas después, será su madre la que cumpla 47 años. Sobre el paso del tiempo y cómo se siente a punto de cambiar de dígito ha hablado la princesa monegasca.
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En una entrevista a la revista francesa Gala, en la que ha hablado de varios aspectos de su vida, la Princesa ha contado que sigue con su rutina deportiva y que le gusta seguir llevando una vida activa. “Camino, voy en bicicleta, nado, pero no tanto como antes. Ya no practico con tanta intensidad como antes. Cuando era joven entrenaba muy duro, me exigía mucho físicamente. Hoy en día, todo es cuestión de moderación”, ha dicho en la publicación.
La cuñada de las princesas Carolina y Estefanía fue antes de su boda una consumada nadadora. Participó en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, donde conoció al príncipe Alberto, y en el Campeonato Mundial de natación de 2002. En 2007 revalidó el título de campeona de Sudáfrica en los 50 metros espalda y, aunque tenía previsto participar en los Juegos de Pekín de 2008, no pudo hacerlo por una lesión en uno de sus hombros.
'Perseguir la eterna juventud es una ilusión`'
Lejos ha quedado la competitividad, pero su ambición y empuje no han disminuido desde su época de deportista profesional. Eso sí, con algunas limitaciones. “Puede ser bastante difícil porque mi naturaleza es querer batir récords, ganar medallas y superar mis límites. Pero a mis casi 47 años, ya no puedo hacerlo… Mi cuerpo no me lo permite. Mi espíritu y mi corazón sí, pero mi cuerpo dice que no”, reconoce. “Creo que hay que aceptarlo [el envejecimiento]. Perseguir la eterna juventud es una ilusión. Yo simplemente intento mantenerme lo más joven posible en mi cuerpo y en mi corazón”, ha subrayado.
En la entrevista, la Princesa también reconoce que ella antes era, ante todo, deportista. “Me entrenaba para participar en los Juegos Olímpicos. Era mi objetivo. A veces me sentía un poco aislada de los demás adolescentes. La natación ocupaba todo mi tiempo. Dedicaba todos mis días, semanas y años a estar en mi mejor forma”.
En la misma entrevista, Charlene de Mónaco también ha hablado de cómo es la intimidad de su hogar y ha dado detalles sobre cómo son las personalidades de sus hijos. “Las conversaciones que puedo tener con Jacques y las que tengo con Gabriella son muy diferentes, así como el tiempo que paso con ellos”. Mientras su niña “es muy curiosa”, le interesa todo y hace muchas preguntas y demanda mucha atención, “Jacques es curioso y observador. Más reservado, es muy tranquilo por naturaleza”.