Tal día como hoy hace nueve años, Pierre Casiraghi (36 años) y Beatrice Borromeo (38 años) se convertían en marido y mujer. La pareja se dio el ‘sí, quiero’ en una breve ceremonia civil, de tan solo 20 minutos, el 25 de julio de 2015 - la cita religiosa tuvo lugar una semana más tarde, el 1 de agosto - en el salón de los Espejos del Palacio del Principado ante la atenta mirada de setenta invitados. Una jornada llena de emociones que la periodista italiana ha querido recordar en sus perfiles públicos compartiendo algunas imágenes inéditas con las que ha echado la vista atrás y ha celebrado su aniversario.
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La primera fotografía captura el momento exacto en el que el hijo de la princesa Carolina y la aristócrata sellaron su unión con un romántico beso. Para tan mágico instante la documentalista - que es todo un referente de estilo y buen gusto a la hora de vestir - lució un diseño de la Maison Valentino hecho especialmente para ella por María Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli, que en aquel entonces eran los directores creativos de la firma. Un vestido de lo más original porque la novia decidió decir adiós al tradicional blanco y se decantó por un tono rosa palo con bordados florales en la falda y parte superior. Tampoco llevó grandes joyas, sino que complementó el estilismo con un sencillo tocado de flores.
Tras la ceremonia civil, los novios agasajaron a sus invitados con un picnic al más puro estilo monegasco en los jardínes del Palacio, también conocido como cavagnëtu. Una comida al aire libre en la que los perritos calientes fueron los protagonistas del menú. Tampoco faltaron las distracciones: bailarines regionales danzando a su alrededor, una competición de petanca, e, incluso, una cucaña. “El día más divertido de mi vida”, ha expresado Beatrice junto a un retrato en el que aparece sentada en un taco de paja dedicándole una mirada de complicidad a su sonriente marido.
En esta fiesta el sobrino del príncipe Alberto y Beatrice querían hacer un guiño a sus raíces e infancia. Por ello, le pidieron a sus invitados que se vistiesen con los trajes regionales de su zona. Ellos fueron los primeros que siguieron esta peculiar norma, Pierre Casiraghi se decantó por ir como un caballero de la Camarga Francesa, reviviendo así sus años en La Provenza, lugar donde su madre, la princesa Carolina, se refugió tras la trágica y prematura muerte de Stéfano Casiraghi. Beatrice, por su parte, rindió homenaje al país natal de su esposo con un vestido tradicional monegasco compuesto por una falda de rayas blancas y rojas - los colores de la bandera - y un corpiño negro.
Tras este almuerzo campestre e informal, hubo una gran cena en el Hotel de París. Una noche a la que pusieron el broche de oro con una fiesta en el club Jimmy’z, allí los novios presumieron de amor en la pista de baile, tal y como muestra la fotografía publicada por Beatrice. La novia hizo un tercer cambio de vestuario. Un vestido blanco y plateado - una adaptación de un diseño de una colección Couture de la Maison Valentino - con una falda voluminosa de tul con estampado de esponjosas nubes. Un sueño romántico con espalda al aire y finos tirantes cruzados.