Tras el Baile de la Rosa de hace unos días, al que acudió junto a su mujer, la princesa Charlene, y sus sobrinos para arropar a su hermana, la princesa Carolina, en su gran cita del año, Alberto de Mónaco ha participado en un acto militar que le conecta directamente con su bisabuelo, el príncipe Luis II. El monarca monegasco ha entregado los quepis blancos a la 2ª compañía de legionarios voluntarios del 4º regimiento extranjero que tuvo lugar el pasado jueves por la mañana en la Plaza del Palacio Grimaldi. El príncipe Luis pasó a la historia como ‘el príncipe soldado’ y subió al trono del Principado en 1922 tras haber servido en la Legión extranjera, una rama del servicio militar del Ejército francés establecida en 1831 y que sigue estando abierta a reclutas dispuestos a servir en las Fuerzas Armadas del país galo.
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El acto, al que Alberto de Mónaco ha acudido vestido de militar y en el que ha estado presente Pierre Casiraghi y Mélanie-Atoinette de Massy, cuya madre, Elizabeth-Ann era prima hermana del príncipe Alberto, ha servido para consolidar los estrechos vínculos que existen entre Mónaco y la Legión Extranjera, que se forjaron cuando el entonces príncipe heredero Luis, quien era alumno de las Ecoles de Saint Cyr Coëtquidan (Francia), se alistó como extranjero y optó por servir durante seis años en el primer regimiento de este Cuerpo.
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El príncipe Alberto pronunció un discurso en el que dijo que este acto “tiene un significado muy especial para mí, dado los lazos que unen a mi familia con la tropa. Además de nuestra proximidad geográfica, pienso en particular en la carrera militar de mi bisabuelo (...) Para mí y para todo Mónaco, mi bisabuelo sigue siendo ‘el príncipe soldado’. El entrenamiento militar le dio un gran sentido del esfuerzo, algo que conservó durante toda su vida, asumiendo, en todas las ocasiones oficiales, su uniforme francés (...) Hoy, legionarios, me siento feliz y honrado perpetuando esta amistad al asistir a esta ceremonia que marca el inicio de vuestra carrera militar”.
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En 1914, el príncipe Luis luchó en el bando francés y se alistó como capitán de la Legión extranjera en la batalla de Marne (durante la Primera Guerra Mundial) y participó en el Chemin de Dames, donde se libraron tremendos combates. Tras alcanzar el grado de general de brigada, abandonó el Ejército francés en 1922 para suceder a su padre en el trono. Su relación con la Legión Extranjera no terminó ahí. En 1931 presidió el centenario junto al general Franchet d’Esperey. Años más tarde, en 1947, fue ascendido a sargento jefe honorario con ocasión de su 25 cumpleaños. Además, el Palacio Principesco tiene el título de “primera clase de honor de la Legión Extranjera”, desde 1947. Cuando Luis II murió, los legionarios acompañaron a los Carabinieri en el cortejo fúnebre.