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¡Animando hasta el último aliento! El príncipe Alberto (65) y la princesa Charlene de Mónaco (45) han mostrado su lado más natural al convertirse en dos forofos más en el partido de semifinales que enfrentó a la selección de rugby masculina de Sudáfrica, país natal de la madre de los príncipes Jacques y Gabriela, con Inglaterra. Un emocionante encuentro en el que saltaron, aplaudieron, gritaron, e, incluso, compartieron abrazos y otros gestos de cariño con algunos fans que estaban sentados en su palco.
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Sin duda, la princesa Charlene es la que más apasionada se mostró. La cuñada de la princesa Carolina es una gran amante al mundo del deporte, no en vano antes de casarse con el príncipe Alberto era una exitosa nadadora olímpica, y está muy vinculada al rugby, ya que su Fundación, en colaboración con la Federación de Mónaco, es la encargada de organizar el tradicional torneo de Santa Devota monegasco.
Tras ochenta minutos de infarto, los ‘royals’ se convirtieron en el talismán de la suerte del combinado sudafricano que logró alzarse con la victoria por tan solo un tanto más a su favor (15-16). El próximo sábado 28 de octubre a las nueve de la noche, tendrá lugar la gran final en el mismo France Stadium de París, donde los ‘Springboks’ intentarán conservar el título de campeones del mundo ante Nueva Zelanda, otra de las selecciones favoritas de este campeonato.
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Esta animada aparición de la princesa Charlene llega tan solo 24 horas después de su sonada ausencia en la cena de gala benéfica que se celebró en el Atrio del Casino de Montecarlo para conmemorar el centenario del nacimiento del príncipe Rainiero. Una cita que estuvo presidida por el príncipe Alberto y su hermana Estefanía y en la que también estuvieron presentes dos de los hijos de la princesa: Louis Ducruet, acompañado por su esposa Marie Chevallier; y Camille Gottlieb.
Hay que recordar que aunque en los últimos meses la princesa Charlene ha experimentado una gran mejoría, su agenda de compromisos sociales todavía es reducida para que se pueda recuperar por completo por los problemas de salud que lleva padeciendo desde hace varios años. Una actividad limitada que alimentó los rumores de un posible distanciamiento con su marido, unas especulaciones que ambos han negado rotundamente en repetidas ocasiones.
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El sofisticado look de la princesa Charlene
Para protegerse del frío en este evento deportivo al aire libre (la pasada noche los termómetros de la capital gala marcaban solo nueve grados), la princesa Charlene lució unos pantalones pitillos negros que combinó con una capa de la colección de 2014 del diseñador Albert Kriemler. Un estilismo que es pura inspiración para esta temporada otoñal y que combinó con unos grandes pendientes de aro dorados y un maquillaje y peinado de lo más natural.
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