Está siendo un verano muy dulce para Beatrice Borromeo y su familia. La esposa de Pierre Casiraghi, que en una semana exacta soplará las velas de su 38 cumpleaños, está exultante, y no es para menos, pues está disfrutando del éxito de su último reto profesional: la serie documental de Netflix sobre Víctor Emanuele de Savoia El príncipe que nunca reinó, de la que es coproductora y directora. Ahora, pasado un mes desde que el proyecto aterrizara en la plataforma de streaming para arrojar luz sobre el asesinato del joven alemán Dirk Hamer en 1978 a través del testimonio de su hermana y de los miembros de la familia real implicada en el caso, la aristócrata ha hablado de su lado más personal: desde el papel de sus dos hijos en este lanzamiento, el suyo propio como madre y de su feliz matrimonio con el hijo de Carolina de Mónaco.
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Orgullosa de este trabajo en el que se ha implicado por completo, radiante y muy feliz. Así está Beatrice, que es protagonista de la portada de la última edición de Vanity Fair, revista a la que ha concedido una entrevista muy personal. La madre de Stefano y Francesco, que reconoce estar maravillada con el buen recibimiento que ha tenido su primer gran proyecto audiovisual y ya tiene la mira puesta en "volver a trabajar en algo nuevo", se ha sincerado en la mencionada publicación. Además de abordar los aprendizajes que ha sacado con esta emocionante obra de tres capítulos que le ha llevado dos años y medio de esfuerzo y dedicación, de los que destaca la importancia de escuchar, debatir y dar más valor a la libertad y a la verdad, ha hablado de la activa participación de sus dos niños en su incursión en Netflix.
A sus 6 y 5 años respectivamente, Stefano y Francesco han sorprendido gratamente a su orgullosa madre. Así lo ha revelado ella misma, que todavía sigue impresionada con la capacidad que tienen de absorción, incluso de cuestiones que "no son apropiadas para su edad": "El otro día me sorprendió que me dijeran que habían defendido a un niño acosado por otro niño agresivo", ha contado, al tiempo que ha mencionado otra anédota que ocurrió durante el Gran Premio de coches eléctricos de Mónaco. Fue entonces cuando Filiberto de Saboya le preguntó por cómo iba el documental, a lo que uno de sus niños replicó "¿El de Víctor Manuel? Lo sé todo". Pese a que matiza que eso "no era cierto", sí que sus pequeños han tenido "la última palabra" en lo referente a la banda sonora, en especial "cuando teníamos dudas".
Sobre su rol como madre, Beatrice lo ha definido como un camino maravilloso pero nada fácil en el que la responsabilidad es absoluta, siempre teniendo como prioridad la felicidad de sus niños. Su objetivo no es otro que Stefano y Francesco sean personas plenas, positivas y optimistas, más allá de que tengan éxito o no en el futuro. En lo que respecta a su otro gran amor, su esposo, ha subrayado el papel fundamental que ha tenido, de igual modo que en su pasado universitario y en cada paso que ha dado desde que le conoció, en este proyecto, en el que le ha empujado a perseguir sus metas relegando a un segundo plano otros intereses.
"Le estoy muy agradecida por ello, porque siempre ha sido muy generoso. Yo también lo he sido con él porque he aprendido que un matrimonio nunca es 50/50. Ni puede serlo. A veces, está desequilibrado y no pasa nada. Lo importante es que no siempre está desequilibrado en la misma dirección", ha señalado. Bajo su punto de vista, el diálogo y ser un apoyo mutuo es la base de su bonita historia de amor con Pierre, con quien selló su amor en una romántica ceremonia en el lago Maggiore hace ya ocho años.
De sus planes para el verano al talento oculto de Pierre Casiraghi: Beatrice Borromeo se sincera