Ha llegado uno de los acontecimientos estivales más esperados de Mónaco: la 74ª edición del Baile de la Cruz Roja. El Principado se ha engalanado la noche del sábado para acoger esta cita presidida por el príncipe Alberto y la princesa Charlene, acompañados de Camille Gottlieb, la sobrina pequeña del soberano monegasco. La solidaridad es el eje central de la velada, que regresa a su enclave habitual, la Salle des Étoiles del Sporting Monte-Carlo, después de dos años celebrándose al aire libre en la plaza del Casino para garantizar la seguridad sanitaria. Además de los Grimaldi, el otro gran protagonista de la noche es Robbie Williams, que se encarga de poner la nota musical.
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Charlene de Mónaco, que ha entrado muy sonriente y compartiendo confidencias con su esposo, ha impactado con un look de inspiración nupcial. La Princesa, que ha dejado atrás el rubio, ha elegido un vestido blanco de manga cubierto de tul transparente lleno de minicristales. La cintura se adjustaba con un cinturón en forma de lazo. Ha completado el estilismo con un conjunto de pendientes y anillo con piedra azul. Por su parte, la hija menor de la princesa Estefanía ha llevado un vestido azul con pedrería y capa.
Ejercen como maestros de ceremonias la actriz francesa Alice Taglioni y el director Yann Antony-Noghès, que recientemente estrenaba Le Prince par lui-même, una película documental sobre la vida de Rainiero III coincidiendo con el centenario del nacimiento del anterior soberano monegasco. También han acudido otros rostros conocidos como la artista Shirley Bassey, que compartió mesa con Isabel Pantoja en el último Baile de la Rosa; el hermano de la princesa Charlene, Gareth Wittstock, con su esposa Róisín; y la diseñadora de moda Isabell Kristensen con su hija Nikki, entre otros.
En el hall de este recinto, adornado con impresionantes arreglos florales, se ha instalado la alfombra roja para que todos los asistentes pudieran fotografiarse al acceder. En las paredes se han colocado elementos geométricos de diferentes colores para llenar de luz y alegría el espacio. De manera paulatina, los asistentes han ido colocándose en sus asientos, previamente asignados y dispuestos en largas mesas. Cada comensal, además del menú, tenía un abanico con el dibujo de la escultura que Philippe Geluck ha hecho para esta ocasión. Mientras los invitados iban llegando, ha habido música en directo.
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La noche va encadenando sorpresas, diversión y momentos para el recuerdo. Inicialmente se celebra una subasta en la que se incluye una obra de arte del artista belga Philippe Geluck. Mediante esta tómbola se recaudan fondos para obras sociales puestas en marcha por la Cruz Roja. Después todos los asistentes disfrutan de una cena que tiene un coste de aproximadamente 1200 euros el cubierto, dinero que también va destinado a la citada organización, desde la que aseguran que suelen recaudar medio millón de euros al año para poder dar continuidad a sus programa benéficos. El broche de oro lo pone el concierto de Robbie Williams, que finaliza con Alberto de Mónaco animando a los asistentes a salir a la pista de baile, y tmabién hay un espectáculo de fuegos artificiales.
Robbie Williams es uno de los grandes reclamos de este prestigioso evento que supone una nueva parada en su gira internacional. El artista británico, que saltó al estrellato como miembro de Take That, está celebrando sus bodas de plata en la música con el tour XXV, el mismo nombre que el disco recopilatorio que publicó meses atrás. Con temas tan emblemáticos como Angels, Rock DJ y Feel ha puesto a bailar en las últimas semanas al público de Croacia, Italia, Madrid, y Luxemburgo, donde se fotografió con la Familia Gran Ducal. Considerado un icono del pop rock, actuó en el Principado en 2015, en el décimo aniversario de reinado de Alberto de Mónaco.
Esta gala está muy arraigada al Principado, y especialmente a los Grimaldi, desde que en 1948 Rainiero III la presidió por primera vez. Diez años después cedió el testigo a la recordada princesa Grace y desde el 17 de diciembre de 1982 es Alberto II quien está al frente. Poco a poco fue convirtiéndose en una cita indispensable para la sociedad monegasca. En 1957, la Gala se instaló en la Salle des Etoiles, el mismo escenario al que regresa esta noche, con 1000 m². La Cruz Roja de Mónaco fue creada por Luis II en 1948.