Como cada 23 de junio, el príncipe Alberto, la princesa Charlene y los mellizos Jacques y Gabriella han cumplido con la tradición de inaugurar el verano. Poco después de que el reloj marcase las siete de la tarde, la Familia Real Monegasca ha salido al balcón del Palacio Grimaldi para ver cómo comenzaban a arder las hogueras de San Juan (que en el Principado reciben el nombre de batafoegu).
Esta velada llena de magia fue organizada por el Saint Jean Club y el Ayuntamiento de la ciudad y contó con la actuación del grupo de folclore Palladienne. Los jóvenes bailarines, ataviados con el traje regional rojo y blanco, los mismos colores que la bandera nacional, danzaron alrededor del fuego. Hay que destacar que antes de este espectáculo de hogueras y baile, también suele realizarse una ceremonia religiosa en el Palacio Principesco y en la iglesia de San Carlos en el distrito de Moulins.
El motivo por el que Gabriella de Mónaco ha sorprendido en su última aparición en público
Sin ninguna duda, los protagonistas indiscutibles de la jornada han sido los príncipes Jacques y Gabriella, que volvieron a hacer gala de su simpatía y curiosidad. Aunque llevan prácticamente toda su vida acudiendo a esta fiesta, se mostraron muy atentos a cada detalle, charlando animadamente entre ellos, señalando aquello que les llamaba la atención, preguntando a sus padres algunas dudas y saludando con alegría a los ciudadanos.
En esta nueva aparición oficial ha vuelto a destacar el gusto por la moda de la princesa Gabriella, que ha lucido un bonito vestido blanco de encaje de la firma italiana Ermanno Scervino y un moño alto con flequillo adornado con perlas. Con tan solo ocho años (cumplirá nueve en el mes de diciembre) la mini royal es muy coqueta y tiene un estilo muy definido, postulándose como una digna sucesora de sus tías, las princesas Carolina y Estefanía, su madre y su prima Carlota en la industria fashion.
El príncipe Jacques, por su parte, llevaba un traje de chaqueta y pantalón en tonos azules idéntico al del príncipe Alberto a excepción de que el niño no llevaba corbata. El heredero no se separó ni un momento de su madre, que apareció ataviada con una blusa satinada fluida de Zara y una falda negra larga. Tras los problemas de salud que la tuvieron apartada de la vida pública durante varios meses, poco a poco la princesa Charlene vuelve a sonreír junto a su esposo y sus pequeños, que han sido su apoyo y refugio en este proceso de recuperación.
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