Las carreras del Mónaco son uno de los mayores espectáculos de automovilismo del mundo y los Grimaldi siempre son fieles a esta cita en la que la adrenalina y el glamour están servidos. En esta ocasión, han sido Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, con sus dos hijos, Stefano y Francesco —de seis y cuatro años, respectivamente—, quienes han acaparado todas las miradas a su paso por el circuito, donde volvieron a dar una lección de elegancia.
El hijo de Carolina de Mónaco, que presidió el gran premio, es un gran aficionado del mundo del motor y ha sabido contagiar esta pasión a su mujer y sus hijos, quienes disfrutaron viendo de cerca los coches eléctricos que participan en esta competición creada por Alejandro Agag.
Antes del pistoletazo de salida, pasearon por la pista con Louis Ducruet —quien dio la bienvenida a su primer hijo en abril— y allí se encontraron con su sobrino Raphaël, que los saludó con un cariñoso abrazo. El hijo de Carlota Casiraghi estuvo esta vez acompañado por su padre, el actor Gad Elmaleh.
Beatrice y Pierre siguieron la carrera desde el palco, donde la aristócrata italiana estuvo en todo momento muy pendiente y cariñosa con sus hijos. Hace tan solo unas semanas, los cuatro hicieron un viaje muy especial. Por estas fechas, el matrimonio suele ir a Venecia y, este año,decidieron ir también con los niños y protagonizaron imágenes de película en la ciudad de los canales, reflejo del feliz momento que atraviesan. “Estoy muy feliz por todo. Amo mi vida familiar y amo mi vida profesional, es necesario un buen equilibrio”, confesaba la aristócrata italiana el pasado mes de febrero.