De la mano de su hermano, Alberto de Mónaco, la princesa Carolina reaparecía en el Principado para asistir a una inauguración de un estudio de ballet con su nombre, dentro de la Academia de Danza Princesa Grace, que fue fundada por sus padres, los príncipes Raniero y Grace Kelly, en 1975. Una cita muy especial para Carolina de Mónaco, ya que siempre ha sido una apasionada del ballet , disciplina que practicó muchos años de la mano de la reconocida bailarina rusa Marika Besobrasova, que fue su profesora.
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No veíamos a la princesa de Hannover en un acto desde mediados de enero —cuando fue al funeral del aristócrata Max de Baden, en Alemania— y ha vuelto a dar una lección de elegancia, apostando por una de sus prendas favoritas, la chaqueta de tweed, un tejido por el que su hija Carlota Casiraghi también siente predilección, como ha vuelto a dejar claro en el front row la Semana de la Moda de París.