Carolina de Mónaco, en Madrid. Ni boda real, ni visita oficial, ni siquiera, unas vacaciones oficiosas. ¿El motivo de esta sorprendente visita? Una exposición de arte contemporáneo. La princesa sorprendía con su presencia a los viandantes de la madrileña Ronda de Valencia el pasado jueves, cuando, con su melena gris perla —que se ha convertido ya en una seña de identidad— y un abrigo corto en rojo fresa firmado por Chanel, bajaba de un coche de alta gama a las puertas de La Casa Encendida. La institución cultural, en donde se dan cita las más novedosas y vanguardistas expresiones artísticas actuales, inauguraba la muestra “Una sucesión de trampas de eco”, de Christine Sun Kim, galardonada este año con el Prix International d’Art Contemporain (PIAC) de la Fondation Pierre de Mónaco, y su presidenta de honor no podía faltar a la cita.
Según algunos de los invitados que compartieron sala con la hija mayor del príncipe Raniero a los que ¡HOLA! ha tenido acceso, Carolina disfrutó muchísimo de la muestra e intercambió impresiones con la joven artista, una performancer sorda estadounidense, que reside actualmente en Berlín, quien publicó después en sus redes un par de imágenes junto a la princesa, a la que se ve muy sonriente y relajada, con el texto: “¡Gracias por una noche tan divertida!”. Tras la exposición, la primera dama monegasca terminaría la noche junto a buena parte de los organizadores de la exposición en la mítica coctelería Cock.