Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi se conocieron en un crucero organizado por un amigo común en el verano de 1983. El amor y la química que surgió entre ellos fue tan fuerte que, apenas unos meses después, decidían casarse el 29 de diciembre de ese mismo año. Ella ya estaba embarazada de él. El día de su enlace por lo civil irradiaban felicidad, como demuestra esta imagen donde cortaban la espectacular tarta nupcial de tres pisos
Carolina de Mónaco vuelve al trabajo con su prenda más icónica desde hace 40 años
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El empresario italiano, amante de los deportes de riesgo, era tres años más joven que la Princesa cuando decidieron darse el 'sí, quiero'. Para ella era su segundo matrimonio, tras el fallido que tuvo con Philippe Junot del que ya se había divorciado aunque no tuviera la nulidad eclesiástica. Carolina y Stefano formaban la pareja ideal y el brillo que desprendían juntos era más que evidente, solo viendo cómo se miraban mientras bailaban en una de las múltiples cenas de gala a la solían acudir juntos
Carlota Casiraghi debuta como escritora y dedica su primer libro a su padre
El 8 de junio de 1984, Carolina de Mónaco daba a luz a su primer hijo: Andrea. Después llegaría al mundo Carlota (el 3 de agosto de 1986) y posteriormente Pierre (el 5 de septiembre de 1987), los tres descendientes del matrimonio. La relación de la Princesa con su marido hacía muy feliz a un viudo Rainiero III, quien aún guardaba luto por su esposa tras el trágico accidente en carretera que le costó la vida a Grace Kelly en el otoño de 1982
Las semejanzas que unen a Stefano y Pierre Casiraghi en 10 imágenes
Asomados al balcón de Palacio, Carolina de Mónaco y Estefano Casiraghi aparecían en 1984 con su bebé para mostrar al mundo que lo suyo era una verdadera historia de amor. El empresario había devuelto la sonrisa a la Princesa tras los duros golpes que esta había sufrido en un corto espacio de tiempo. De la tensa separación con su primer esposo al drama por la muerte de su madre, la primogénita de Rainiero lograba salir del pozo gracias a su nuevo marido y padre de su retoño
Carolina de Mónaco y sus hijos, en el funeral de una cuñada de Stefano Casiraghi
El matrimonio, siempre con sus pequeños, viajaba por el mundo cuando los compromisos institucionales se lo permitía. Esta fotografía corresponde a su paso por Miami (Estados Unidos) el 10 de noviembre de 1985, donde los vemos hacer mimos y carantoñas a su adorado Andrea que está sentado en el carrito. La relación con Casiraghi trajo una estabilidad emocional a la Princesa que, desafortunadamente, ella nunca volvería a gozar después con sus sucesivas parejas
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Aunque su alma y espíritu eran aventureros, Estefano Casiragui se había integrado a la perfección en la Familia Real monegasca. Participaba en los grandes actos de los Grimaldi, como este 19 de noviembre de 1988 cuando se conmemoraba el Día Nacional. Junto a sus tres pequeños y su marido, Carolina aparecía también con sus hermanos, el príncipe Alberto (actual Jefe de Estado) y la princesa Estefanía
La familia Grimaldi deslumbra en Roma como invitados al enlace de unos amigos
La pasión y afición que Estefano Casiragui tenía por los deportes de motor se la inculcó a su mujer, quien no tenía reparos en acompañarle a citas como este Rally Dakar de 1985. Vestidos con el mismo uniforme sobre la arena de la playa, una escena así daba cuenta de lo compenetrados que estaban. Por la unida familia que formaron y el sinfín de experiencias que disfrutaron juntos, sin duda tanto para uno como para otro esta fue la mejor etapa de sus vidas
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El 3 de octubre de 1990, la luz que iluminaba a Carolina de Mónaco se apagó por completo y de repente. Stefano Casiraghi moría en aguas del Principado tras sufrir un fatídico accidente náutico, después de chocar su embarcación contra una ola cuando pretendía revalidar su título de campeón del mundo de la llamada categoría off-shore. Al parecer, la Princesa le había insistido en que no participara en dicha competición
El día del funeral, las imágenes de una Carolina de Mónaco destrozada tras la muerte de su marido dieron la vuelta al mundo. De luto y acompañada por su padre y sus hermanos, la Princesa veía como una especie de maldición parecía perseguirle. El 1 de junio de 1992, tras diez años de batalla legal, obtuvo por fin la nulidad eclesiástica de su primer marido. Esto reconocía como legítimo tanto su segundo matrimonio como a sus tres hijos. Poco le importaba ya eso después de perder a Estefano
Carolina de Mónaco, volcada con su hermano y sus sobrinos desde la ausencia de Charlene