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Mientras Alberto y Charlene de Mónaco celebran su undécimo aniversario de boda después de todos los problemas de salud de la Princesa que les impidieron pasar esta fecha juntos el año pasado, la agenda monegasca continúa y, como es habitual, Carolina de Mónaco coge el testigo con maestría. La hija mayor de Raniero era la encargada de entregar los premios del Concurso Internacional de Saltos de Montecarlo y no lo ha hecho sola. La acompañaba sus hijas Carlota de Mónaco y Alejandra de Hannover, con sus respectivas parejas, Dimitri Rassan y Ben-Sylvester Strautmann.
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La princesa Carolina, con un conjunto de pantalón blanco y blusa amplia estampada en blanco y negro, se ha mostrado sonriente y cercana con los suyos, compartiendo risas con sus dos hijas. Carlota Casiraghi, que lucía un vestido corto de Chanel, su firma de cabecera, de tirantes, cuello redondo y volantes asimétricos, hizo entrega con su madre del galardón, valorado en 25.000 euros. Su hermana, de 22 años, optaba por un clásico vestido negro de escote recto muy favorecedor. Junto a ella ha estado en todo momento su novio, con el que lleva más de cinco años de relación y que ya es uno más de la familia. El joven parece muy cómodo entre los Grimaldi y también ha mostrado una buena sintonía con Dimitri, el marido de Carlota.
Esta ocasión, Carlota de Mónaco ha decidido acudir con su esposo a esta cita anual, mientras que el año pasado su acompañante fue su hijo Raphaël, nacido hace nueve años de su relación con Gad Elmaleh. No se le veía con él en público desde 2018 por lo que el niño acaparó toda la atención. Después de esa cita, sus apariciones volvieron a contarse con cuentagotas. La hija de la princesa Carolina y Stéfano Casiraghi siempre ha sido muy discreta en lo que respecta a sus hijos. Además de Raphaël, tiene otro, Balthazar, de tres años, con su actual marido.
Esta cita ecuestre es una de las más esperadas del Principado y es habitual que cuente entre sus asistentes con rostros conocidos. Este año ha contado con la representación española de Marta Ortega y Carlos Torretta, que han ido al concurso con su hija Matilda, de dos años. Aún es pronto para saber si la pequeña habrá heredado la pasión de su madre por la hípica, pero lo que sí es cierto es que a pesar de su corta edad parecía disfrutar como la que más de su escapada a Montecarlo.
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