La vida de Charlene de Mónaco sigue siendo un misterio desde que se retiró de la vida oficial por motivos médicos hace más de un año. "Ha sufrido mucho", dijo el príncipe Alberto sobre este tema la última vez que se le preguntó por las atípicas ausencias que terminaron generando rumores de crisis en el matrimonio. Ahora, cuando el pequeño país se prepara para una de sus grandes veladas, todo apunta a que de nuevo la princesa Charlene será la gran ausente y que Carolina de Mónaco, respaldada por toda su familia, regresará al lado de su hermano para ejercer su eterno papel de Primera Dama "suplente".
Las entradas ya están vendidas para el Baile de Rosa que se celebrará el próximo 8 de julio en la Salle des Etoiles del Sporting Monte-Carlo, después de que fuera aplazado el pasado marzo por la situación sanitaria respecto al coronavirus, y que, según la información oficial, presidirán como siempre los príncipes Alberto y Carolina. Este año la velada benéfica que recauda fondos para la Fundación Grace estará inspirada en los años 20 y la dirección artística corre a cargo de Chiristian Louboutin, el diseñador de calzado amigo de Carolina que sucedió a Karl Lagerfeld tras su muerte. Se espera que asistan, como es habitual, la generación más llamativa de la familia Grimaldi, es decir: Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, Carlota de Mónaco con Dimitri Rassam, Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, y la Alejandra de Hannover y Ben -Sylvester Strautmann, que, aunque está plenamente integrado en la familia de momento no ha posado en las imágenes oficiales.
Este listado es más o menos el que se repite año tras año en una noche que desde hace tiempo reserva todo el protagonismo a Carolina y a sus hijos, lo que se traduce en que desde el 2014 la princesa Charlene no acude; con estos antecedentes y si tenemos en cuenta lo que viene sucediendo durante el último año –en el que Charlene ha estado retirada de la vida oficial y viviendo fuera del país, primero en Sudáfrica y luego en Suiza- todo apunta a que en esta velada de nuevo marcara distancias, aunque esto no se confirmará hasta el último momento. Esta separación que viene siendo una constante y que ha alimentado la teoría que apuntan medios franceses y alemanes de que la relación de Charlene con sus cuñadas está muy lejos de ser idílica. Sobre esto no hay nada confirmado, pero la realidad es que llevan años evitando coincidir más allá del Día Nacional de Mónaco.
Hay que recordar que Charlene se reincorporó a la vida pública a finales de abril, tras quince meses alejada de los actos institucionales. Sin embargo, hace unos días sufrió un nuevo contratiempo para su salud, ya que el Palacio informó que había contraído coronavirus y que estaría aislada algunos días perdiéndose así algunos actos deportivos que tenía programados en la agenda. Coincidiendo con esta información, el príncipe Alberto explicó al Journal de Dimanche que su esposa "ha sufrido mucho y ha vivido momentos difíciles lejos de su familia". El soberano monegasco ha reconocido que estar separados físicamente durante cerca de un año ha sido "una prueba" tanto para ellos como para sus dos hijos, los príncipes Jacques y Gabriella, quienes cumplieron en diciembre siete años. Es por eso que considera que el regreso de Charlene a Mónaco es "lo más bonito que podría haber sucedido".
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