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Charlene de Mónaco ya está plenamente integrada en la vida pública de La Roca. Desde que recuperó sus compromisos oficiales tras una larga convalecencia de más de un año derivada de sus problemas de salud, la Princesa ha sido vista en varios actos de la vida monegasca. Ahora, da un paso más allá para recuperar al cien por cien sus deberes y retoma su agenda internacional. El 22 de junio acompañará a su marido, el príncipe Alberto, a un almuerzo en Noruega cuyos anfitriones serán los miembros de la Familia Real nórdica. Será su primera aparición institucional fuera del Principado en 16 meses.
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La Casa Real noruega ha confirmado que los reyes Harald y Sonia, los príncipes Haakon, Mette-Marit y Marta Luisa agasajarán con una comida que tendrá lugar en la finca real de Bygdo, una zona de Oslo situada en la península occidental de la capital nórdica, al matrimonio principesco. Este barrio es principalmente residencial y se caracteriza por tener muchos bosques y parques. La propiedad pertenece al Estado noruego, pero desde 2007 el monarca y su esposa la convirtieron en su residencia de verano. Es la vivienda real que más tiempo ha estado en uso, desde 1305, y se ubica en lo que fue un monasterio.
La cita de Oslo también servirá para ver a Charlene, tras haber dado positivo a primeros de mes por Covid-19, y a Alberto juntos después de que ella rompiera su silencio para negar con rotundidad los últimos rumores de crisis en su matrimonio que apuntaban a un supuesto contrato entre la pareja principesca que habría condicionado la vuelta de la sudafricana. Se trtaría de un acuerdo económico según el cual Charlene participa en algunos compromisos públicos, mientras reside en Suiza, según la revista francesa Voici. A cambio, la Princesa recibiría 12 millones de euros por burlar un divorcio oficial y obligarla a ejercer de Princesa en determinados actos. Cumplida esta parte, podría vivir en Ginebra (Suiza), pero sin sus hijos a los que, según este supuesto acuerdo utraconfidencial, podría visitar siempre que quisiera.
- Analizamos el gran cambio experimentado por Charlene de Mónaco en tan solo una semana
Tras Noruega, los Grimaldi tendrán el 8 de julio otra de las grandes citas del Principado que hace poner el foco en Montecarlo. Para ese día está programado el tradicional Baile de la Rosa, un acto que ha hecho conocido al pequeño Principado en todo el mundo, pero en el que seguramente Charlene no participe. Es la cita anual que marca su ausencia desde 2014 y está presidido por su marido y su cuñada, la princesa Carolina, acompañada de sus hijos y sus parejas. Tras dos años de cancelaciones por la situacion sanitaria, el glamur monegasco volverá con fuerzas renovadas.
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