Han pasado dos semanas desde que Charlene de Mónaco retomase su agenda pública en el Principado después de 15 meses alejada de la vida institucional por problemas de salud, y solo cinco días del último acto en el que ha participado con su marido y sus hijos. Sin embargo, no ha estado presente en el último plan del príncipe Alberto con los niños, Jacques y Gabriella, que han viajado a Disneyland Paris coincidiendo con el 30º aniversario del famoso parque temático de Francia. La escapada ha tenido lugar, además, en medio de los rumores sobre un supuesto contrato entre la pareja que habría condicionado la vuelta de la Princesa. Se trataría de un acuerdo ecónomico según el cual Charlene participará en algunos actos públicos, mientras reside en Suiza, según la revista francesa Voici.
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La información que recoge la publicacion gala apunta a que Charlene de Mónaco recibiría 12 millones de euros a cambio de burlar un divorcio oficial y obligarla a ejercer de Princesa en determinados actos. Cumplida esta parte, podrá vivir en Ginebra, pero sin sus hijos a los que, según este supuesto acuerdo ultraconfidencial, podría visitar siempre que quisiera. Con ellos se le ha visto en los dos actos en los que ha reaparecido tras año y medio ausente, pero no así en la escapada familiar que ha sido difundida por Disneyland Paris para celebrar su aniversario, por lo que se trata de un viaje de ocio, pero no privado. En las fotos distribuidas, el Príncipe posa muy sonriente con Jacques, que parece pletórico, y Gabriella, a la que vemos por primera vez con gafas. La familia está flanqueada por Mickey y Minnie Mouse que también comparten una simpática foto en solitario con los niños.
Se desconoce los motivos de la ausencia de Charlene de Mónaco, que tampoco acompañó a su marido la semana pasada a la Artic Ocean Gala en Gotemburgo (Suecia), donde el Príncipe confirmó ante la prensa que su esposa se encontraba "bien" y que pronto la veríamos en más actos públicos. Y así ha sido, ya que el pasado sábado aparecía con su familia en un acto con una actitud más alegre y relajada que en el anterior compromiso, cuando la exprensión nostálgica y un tanto ausente que le caracteriza en ocasiones parecía ir mucho más allá de un mero matiz en su mirada.
Un regreso lleno de interrogantes
Ahora, la información que apunta a que su papel como consorte tendría un precio, llega en un momento clave. La Princesa acaba de reincorporarse a la vida pública después de pasar casi cuatro meses en una clínica fuera del Principado recuperándose de "un agotamiento físico y emocional profundo". Allí ingresaba poco después de regresar a La Roca desde Sudáfrica donde estuvo tratando una infección otorrinolaringológica severa durante más de seis meses meses. En todo ese periodo, los rumores sobre un distanciamiento en su matrimonio no cesaron, como tampoco los esfuerzos de Palacio por negarlo a través de gestos, como las fotos difundidas tras las visitas de su familia a Sudáfrica o con declaraciones del propio Alberto de Mónaco a medios de comuniación, como People, la revista norteamericana a la que contó el ingreso de Charlene en una clínica tras regresar a Europa con la intención de zanjar así las especulaciones sobre una crisis en su relación. Llamaba la atención que siempre fuera el monarca el que tomara la palabra, incluso para dar detalles sobre el estado de salud de su esposa.
Conoce a los familiares de Charlene de Mónaco con más presencia en el Principado
Durante ese tiempo de ausencia, la Princesa se perdió citas muy importantes, además de su décimo aniversario de boda. En muchas de ellas, pudimos ver a sus hermanos Sean y Gareth Wittstock, en especial este último, que tiene su vida totalmente asentada en Mónaco, hasta el punto de que hace tan solo unos días ha conseguido la nacionalidad monegasca. En una de esas importantes citas, la del Día Nacional de Mónaco, además de sus hermanos, que parecían ganar cada vez más peso junto a los Grimaldi, estaba presente también Nicole Coste, la madre de Alexandre, el hijo mayor del príncipe Alberto. También en ese acto, no dejaron de sucederse los guiños a Charlene. Primero, el cielo monegasco se cubrió con 196 drones que dibujaron hasta diez palabras en el firmamento entre las que se enconraban la "A" y la "C" de Alberto y Charlene. Después, el sacerdote que ofició el servicio religioso en la catedral, le deseó una pronta recuperación ante los ojos vidriosos de su marido. Finalmente, desde el balcón del palacio, sus hijos mostraron sendas cartulinas dibujadas a mano en las que se podía leer: "Te queremos" y "Te echamos de menos, mami".
Las veces que Charlene de Mónaco tomó la palabra
Entre tanto, han sido pocas las veces que Charlene de Mónaco se ha pronunciado. Lo hizo por primera vez después de que Palacio informase de su enfermedad mientras estaba en Sudáfrica. Fue un comunicado difundido a través de su propia fundación en el que daba más detalles sobre su estado y explicaba en un tono muy personal por qué no iba a poder estar presente en el aniversario de boda con su marido. Desde entonces, tan solo dio alguna declaración a algún medio de comunicación sudafricano, y recurría a su cuenta oficial para compartir algunos momentos como el reencuentro con su familia, su refugio en la fé, las felicitaciones a sus hijos o alguna causa que la conmovía especialmente. No volvió a firmar un comunicado hasta que se anunció su vuelta a Mónaco el pasado mes de marzo, en un escrito rubricado conjuntamente con su marido.