Carlota Casiraghi y su marido, Dimitri Rassam, han reaparecido tras meses alejados de la vida pública. La ‘princesa filósofa’ y el director y productor de cine viajaron hasta St. Tropez, en la Costa Azul, para ejercer de padrinos de bautizo de la pequeña Zelda Lafon, hija de Tim y Jill Lafon, dos grandes amigos de la pareja.
La hija de Carolina de Mónaco volvió a dar una lección de estilo, llevando un vestido rosa empolvado con lunares negros. Haciendo gala de su conocida naturalidad, Carlota llevó su pelo suelto y un poco alborotado.
Hace unos días, la filósofa habló por primera vez, en una revista francesa, sobre la trágica muerte de su padre, Stefano Casiraghi : “Cuando te enfrentas a una muerte brutal en la infancia, nada se da por sentado. Atravesé por emociones muy violentas. Me preguntaba: “¿Por qué estoy en este cuerpo? ¿Por qué existo?”, explicó. “El camino para superar la pérdida fue largo. Los libros me han ayudado”, añadió. Carlota ha asegurado que la lectura y la filosofía han sido y son para ella “una cura”.