La ausencia de la princesa Charlene durante más de un año en los compromisos oficiales de Mónaco se ha visto suplida en parte por el protagonismo que están adquiriendo sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, en la vida institucional del Principado, acompañando al soberano y convirtiéndose en su mano derecha en estos últimos meses. No han sido los únicos, las princesas Carolina y Estefanía han ejercido de primeras damas tanto dentro como fuera de La Roca. El príncipe Alberto también ha contado con el apoyo de la familia de su esposa, que le ha arropado en público en citas importantes. Además, los Wittstock han hablado públicamente sobre la recuperación de la Princesa y sus planes para cuando recobre la salud. Sus hermanos participaron en la misa del Día Nacional y su padre habló como nunca del estado de salud en el que se encontraba su hija.
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La primera persona del entorno más cercano de la Princesa que se pronunció al respecto fue su cuñada, Chantell, casada con Sean Wittstock. Aunque los dos viven en Sudáfrica, su país de origen, están muy implicados en los asuntos de Charlene. Así, en noviembre, solo unos días después de que la exnadadora hubiera regresado a Mónaco, tras pasar seis meses en el continente africano, sembró las dudas sobre los planes inmediatos de la Princesa. Según aseguró Chantell al Daily Mail, la madre de Jacques y Gabriella ya vivía la mayor parte del tiempo en un apartamento de dos habitaciones situado a unos 300 metros del Palacio Grimaldi. "No está claro aún donde se instalará ni nada de eso, es decir, acaba de llegar y tiene aún que situarse. La Princesa está muy contenta de ver a los niños y ellos de ver a su madre de nuevo", explicó al periódico británico.
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Chatell, que es miembro de la directiva de la Fundación Princesa Charlene de Mónaco, también dio pistas entonces de que la convalecencia de su cuñada sería larga y que su vuelta a los actos oficiales dependía de su completa recuperación. "Eso no pasa de la noche a la mañana. Ella, desde luego, se lo va a tomar con calma. Y sí, su principal prioridad ahora será pasar tiempo con sus hijos y su familia", insistió en el mismo rotativo. Finalmente la Princesa, tras regresar de Sudáfrica ingresó en una clínica de Europa, en la que permaneció casi durante cuatro meses, antes de volver de nuevo al Principado.
Tras estas declaraciones, unos días más tarde, el 19 de noviembre de 2021, Día de la Fiesta Nacional, se vio a los hermanos de Charlene entre los bancos de la catedral de Mónaco. Gareth, con su esposa Roisin Gavin, y Sean Wittstock acudieron al tradicional Te Deum junto a resto de la familia Grimaldi, dando así su apoyo al soberano y supliendo la ausencia de su hermana, que faltaba por primera vez a estas celebraciones desde su debut en 2010 cuando todavía era la prometida del príncipe Alberto. La Princesa estuvo muy presente durante la misa y el arzobispo del país, monseñor Dominique- Marie David, le dedicó unos "cálidos deseos de recuperación" y mencionó a su familia "para que Dios les bendiga abundantemente". Ese mismo día, el soberano reveló que su mujer se encontraba ingresada en un centro de Europa por voluntad propia tras sufrir un profundo agotamiento, tanto emocional como físico. La decisión la tomaron en conjunto, junto a los hermanos de la Princesa. "Ella ya lo había decidido y solo queríamos que lo confirmara delante de nosotros. Ella lo quería así. Ya sabía que lo mejor que podía hacer era irse, descansar y recibir el tratamiento médico adecuado", reveló en una entrevista en People.
El último miembro de los Wittstock que ha hablado hasta el momento es Micahel, el padre de Charlene. Desde la casa familiar de East Rand, en la provincia sudafricana de Gauteng, concedió una entrevista al medio local You en la que explicó la fortaleza de Charlene. "Mi hija solía nadar 20 kilómetros al día, conociendo su forma de entrenar, sé que es dura", manifestó una de las personas que más conoce su carácter pues solía entrenarla y seguir sus competiciones de natación desde que era niña. "Superará esto y saldrá mucho más fuerte", afirmó con rotundidad.
Los hermanos de Charlene siempre han estado en un segundo plano, aunque están muy presentes en el día a día del Principado. Gareth es el más conocido y vive con su familia en Mónaco. Ha aparecido, incluso, en el balcón de Palacio y su presencia se ha intensificado desde que su hermana se casó con el monarca. Fue entonces cuando decidió dejar su Sudáfrica natal e instalarse en el pequeño país junto a su hermana. Está casado con Roisin Gavin y tienen dos hijos, Kaia Rose y Bodie, a los que es frecuente ver públicamente con sus primos, los príncipes Jacques y Gabriella.
Sean, el hermano pequeño de la Princesa, vive en Sudáfrica y está casado con Chantell. Allí trabaja en la división sudafricana de la Fundación de Charlene. Tiene dos niños, Reigen y Aiva Grace y a pesar de vivir en otro continente no duda en desplazarse hasta La Roca siempre que es necesario. No hay duda de que los Grimaldi, pero también los Wittstock están apoyando al Príncipe en estos meses marcados por los problemas de salud de la Princesa.