Mónaco celebra como cada año el día de su patrona, Santa Devota. Este año la festividad, que arrancó ayer con la tradicional quema de la barca en el puerto, ha estado marcada por la ausencia de la princesa Charlene, que se encuentra aún recuperándose en una clínica fuera del país, aunque su marido ha confirmado que se encuentra bien a través de un comunicado. Si ayer los protagonistas fueron sus hijos, Jacques y Gabriela, y Carolina de Mónaco que acompañaba, como ya es costumbre, a su hermano, el príncipe Alberto, la misa de este jueves ha contado con una presencia inesperada. Se trata de Nicole Coste, la madre de Alexander, el hijo del jefe de Estado monegasco, que acudía vestida de blanco a honrar a Santa Devota en la catedral del Principado, donde arranca la procesión en su honor.
Las incógnitas sin resolver en el 44º cumpleaños de Charlene de Mónaco
Su presencia es especialmente sorprendente por el momento en el que se produce. No es la primera vez que participa en algún evento en Mónaco, pero ahora lo hace tan solo unos meses después de sus polémicas palabras sobre la princesa Charlene que enfurecieron a Alberto de Mónaco. La azafata togolesa siempre ha mantenido una gran discreción en torno a su relación con el Príncipe, pero rompió su silencio el pasado mes de septiembre con unas incendiarias declaraciones en las que, si bien alababa el comportamiento que siempre han tenido los Grimaldi con su hijo, que cumplió el pasado año la mayoría de edad, se mostraba muy crítica con la actitud de Charlene. Una de las acusaciones que vertió sobre la Princesa es que en una ocasión, cuando aún estaba comprometida, había cambiado a su hijo de habitación y le había instalado en la de los empleados aprovechando al ausencia del padre del niño. El hijo de Rainiero de Mónaco se mostró especialmente molesto por estas declaraciones que calificó de "inapropiadas" y reprochó a su ex que no le hubiera contado previamente el contenido de la entrevista.
Hacía 16 años que Nicole no hablaba públicamente -desde que reveló que Alberto de Mónaco era el padre de su hijo- y estas nuevas declaraciones llegaron en un momento en el que la situación del matrimonio se encontraba en el ojo del huracán. La princesa Charlene se encontraba por aquel entonces en Sudáfrica tratándose una infección severa en garganta, nariz y oídos, una situación que la mantuvo durante meses alejada físicamente de su familia, que aunque la fueron a visitar al país africano en más de una ocasión, continuaban con su rutina en Mónaco. La esposa del príncipe Alberto regresó el pasado mes de noviembre al Principado, pero aún se resentía tanto física como anímicamente, razón por la que decidió ingresar voluntariamente en un centro hasta su total recuperación.
La última vez que la princesa Charlene estubo en un acto público fue precisamente en esta misma festividad de Santa Devota en 2021, y muchos confiaban en la posibilidad que justo un año después reapareciese para retomar al fin su agenda. No ha podido ser así, pero un comunicado del gabinete de Alberto de Mónaco confirma noticias esperanzadoras sobre su salud. "La convelecencia de la princesa Charlene continúa de manera satisfactoria y muy alentadora. Su recuperación así como el seguimiento de su salud bucodental aún llevará varias semanas", reza el escrito en el que excusa su ausencia y pide también respeto para su vida privada y la de sus hijos.