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El día que Carolina de Mónaco fue reportera de ¡HOLA!

En marzo de 1983 la Princesa se convirtió en una de las entrevistadoras más sorprendentes que ha tenido la revista


23 de enero de 2022 - 11:03 CET

Carolina de Mónaco es uno de los personajes que, a lo largo de sus 65 años de vida, más veces ha ocupado la portada de la revista ¡HOLA!. La primera fue en febrero de 1957, pocos días después de su nacimiento, pero la cifra total supera las 150. Más de un centenar de apariciones que la han convertido en ‘la princesa rompecorazones’, ‘la mujer más elegante del mundo’... y también en una de las entrevistadoras más sorprendentes que ha tenido ¡HOLA!

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Era marzo de 1983. Habían transcurrido diez meses de la separación de la Princesa de Philippe Junot y de su primera entrevista a ¡HOLA!, concedida en mayo de 1982: “Un divorcio siempre es un fracaso. No pido que nadie se apiade de mi suerte”, había declarado en exclusiva. Aquel verano Carolina de Mónaco había vuelto al papel couché con un breve y apasionado romance con el tenista argentino Guillermo Vilas. Ya conocía a Stefano Casiraghi (el empresario italiano reveló que la conoció dos años antes de que comenzaran a salir oficialmente), pero todavía no habían empezado su relación. En aquel impasse, Carolina protagonizó nuevamente una portada de la revista en la que se anunciaban dos noticias: se celebraba, por primera vez, el baile de la rosa sin la presencia de Grace Kelly, que había fallecido unos meses antes; la Princesa iba a empezar a escribir en ¡HOLA!.

Tal como rezaba la revista en páginas interiores, Carolina de Mónaco había “recogido por escrito una serie de charlas que ha mantenido con personajes famosos y a través de las cuáles nos permite descubrir sus dotes y estilo en el manejo de la pluma”. La primera de ellas con el barítono Ruggero Raimondi con quien no solo hablaba de música o de su carrera, sino de temas más trascendentales como el miedo a la muerte. Una charla en la que Carolina no solo dejó claro que dominaba el arte de la escritura y de la charla, también su preparación en Filosofía, carrera que cursó en la Universidad de La Sorbona, en París.

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Una conexión más entre madre e hija

Carlota Casiraghi ha asegurado en más de una ocasión que su afición por los libros le viene de su madre: “Es una gran lectora de novelas y poesía. Me transmitió esta pasión”. Pero no es lo único que parece haber heredado de Carolina de Mónaco -además de su físico-. Licenciada en Filosofía y adicta a la literatura, Carlota también ha ejercido como entrevistadora -igual que su madre-, aunque el medio y las formas fueron diferentes.

En enero de 2021, Chanel, marca de la que Carlota es embajadora, inauguraba sus encuentros literarios. Tertulias con las que querían rendir homenaje a las reuniones que Coco Chanel organizaba en los salones de la calle Cambon y en las que debatir, con escritoras y actrices, sobre figuras literarias históricas o contemporáneas inspiradoras. El primer encuentro fue un interesante coloquio entre Carlota Casiraghi y la escritora Sarah Chiche sobre Lou Andreas-Salomé, una de las pensadoras más destacadas del siglo XIX. En el segundo, celebrado en abril y cuya temática fue el empoderamiento femenino y la evolución que ha sufrido el papel de la mujer en los últimos años, Carlota compartió protagonismo con la actriz Lunna Khoudri, la escritora Camille Laurens -cuyo último libro, Fille, fue el centro del debate- y Fanny Arama, conductora de la charla. Un interesante debate en el que la hija de Carolina de Mónaco ejerció de entrevistadora al lanzar a Laurens preguntas como “¿Qué ha cambiado con respecto a la invisibilización de las mujeres de los años 60?”. Un papel que, como el estilo, parece llevar en los genes.

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