Todos los ricos y famosos felices se parecen unos a otros, pero cada rico y famoso infeliz lo es a su manera. Las clínicas de salud mental de Küsnacht, un idílico pueblo a orillas del lago de Zúrich, son conscientes de esto. Por eso son las únicas en el mundo que tratan a reyes, príncipes, mandatarios y magnates como se merecen: a su manera. La princesa Charlène de Mónaco, mujer de Alberto II, se encontraría en uno de estos exclusivos establecimientos suizos desde el pasado mes de noviembre. Allí se estaría recuperando de un “ profundo agotamiento, tanto emocional como físico ”. Palacio no ha querido revelar el sitio exacto donde se está tratando para proteger su privacidad, pero la prensa internacional apunta a Küsnacht, la ciudad donde el psiquiatra Carl Gustav Jung, uno de los padres fundadores del psicoanálisis, desarrolló su escuela de psicología analítica.
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En ese pueblo del cantón de Zúrich se encuentran tres de los mejores centros de rehabilitación y desintoxicación del planeta: Paracelsus Recovery, donde una semana de tratamiento puede costar más de 75.000 euros; Calda Clinic, donde la factura asciende a 93.000 euros, y Küsnacht Practice, donde el precio de siete días de cura puede rozar los 100.000 euros. Las tres están especializadas en programas para “personalidades y personas con un patrimonio neto ultra alto”.
Küsnacht Practice, apodado ‘el Ritz de la salud mental’, ofrece los programas de recuperación más caros del mercado. Según la prensa francesa, la princesa Charlène estaría tratando su fatiga en esta clínica situada en una parcela perfectamente cuidada al noreste del lago de Zúrich, donde los pacientes pueden alojarse en un ático a los pies de las montañas, en una villa a orillas del lago o, si lo prefieren y pueden pagar, en un castillo. Pero esta institución ofrece mucho más que una bonita localización y la excelencia del servicio suizo.
Reyes y jefes de Estado eligen este centro por su atención personalizada -“un paciente a la vez”- en el tratamiento de todo tipo de enfermedades: trastornos de la personalidad y la alimentación, depresión y ansiedad, adicción a las drogas, el alcohol y el juego. El anonimato y la privacidad son la condición sine qua non. El cantante George Michael habría pasado por allí, aunque la información nunca fue confirmada ni desmentida.
Al llegar al aeropuerto, los pacientes de Küsnacht son recibidos por un chófer personal y un terapeuta, que los llevan rápidamente a las instalaciones, donde pueden someterse a tratamientos de acupuntura o llamar a los mayordomos y a sus chefs personales en cualquier momento.
El deporte al aire libre es importante en ‘el Ritz de la salud mental’. La clínica ofrece clases de meditación, tenis, paseos a caballo y en bote y, por supuesto, snowboard. Cada cliente tiene un entrenador personal, un instructor de yoga y un servicio de conserjería VIP a su entera disposición.
“Este tipo de tratamientos, estos períodos de descanso, suelen ser de varias semanas”, explicó el príncipe Alberto en el mes noviembre. Si Charlène se encontrara en Küsnacht Practice, la factura hasta la fecha ya podría ascender a 700.000 euros (100.000 por semana).
Paracelsus Recovery, el otro centro estrella de la ciudad de Küsnacht, también envía un chófer a recoger a los pacientes. Miembros de la realeza saudí, políticos, oligarcas rusos, magnates de los negocios y celebridades figuran entre sus clientes. Una semana de desintoxicación puede costar 75.000 euros, pero un tratamiento de cinco semanas asciende a 350.000 euros. Al igual que en Küsnacht Practice, el servicio está hecho a medida gracias a un equipo de 15 especialistas que van desde psiquiatras hasta personal de enfermería, pasando por una limusina Bentley disponible las 24 horas del día, chef personal, mayordomo y conserje.
Cada paciente que llega a Paracelsus -una veintena al año- busca algo diferente: programas de doce pasos de Alcohólicos Anónimos, tratamientos ortomoleculares, terapias de trauma y diagnósticos duales… Además, la clínica pone a disposición de los enfermos acceso a un spa cinco estrellas, un terapeuta que puede vivir con con ellos durante la cura, y una variedad de análisis y consultas médicas para cuidar el cuerpo y la mente.
“Charlène estaba sufriendo una fatiga increíble. No podía dormir bien, no estaba comiendo bien tampoco”, reveló el príncipe Alberto en la entrevista que dio a la revista People en noviembre. “Necesita tiempo para descansar en el mejor ambiente posible. Cuando las figuras públicas tienen problemas de salud, merecen privacidad como cualquier otra persona”. A diferencia de cualquier persona, la princesa monegasca tiene que pagar una factura astronómica para poder descansar lejos de las miradas indiscretas.