Desde su regreso a Mónaco el pasado 8 de noviembre, la prudencia se ha apoderado de la casa Grimaldi en todo lo que respecta a la princesa Charlene. Su vuelta, tan solo once días antes del Día Nacional, parecía dejar claro que ella sería la estrella del balcón de Palacio. Sin embargo, nada fue como se esperaba. Poco después de abandonar Sudáfrica, llegó el anuncio de su retirada temporal y, después, el príncipe Alberto confensando en People que aún no se encontraba bien. El agotamiento físico y emocional que sufría le hizo tomar la decisión de ingresar en un centro fuera del Principado hasta recuperarse al completo. De nuevo, volvían las quinielas sobre su reaparición. Teniendo en cuenta que las últimas noticias sobre ella, después de la visita estas navidades de su familia, son alentadoras, cobra fuerza una hipótesis: la vuelta de Charlene de Mónaco al ruedo institucional podría ser justo un año después de su último acto, el día de Santa Devota.
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Aunque Palacio nunca ha puesto fecha al regreso de Charlene de Mónaco, cada vez suena más fuerte la festividad de la patrona del Principado, que se celebra los días 26 y 27 de enero, como posible escenario de su vuelta. En un comunicado oficial del Palacio Principesco aseguraban el pasado día 23 de diciembre que la Princesa se estaba recuperando "de una manera satisfactoria y reconfortante", por lo que sus médicos dieron el visto bueno para que pudiera recibir la visita de sus familiares ya que eso sería positivo para su salud. Y así fue como, según informaba la revista alemana Bunte, el príncipe Alberto y sus hijos, Jacques y Gabriella de Mónaco, la visitaron los días 23 de diciembre y 2 de enero.
La familia, vital en su recuperación
En la víspera de la Nochebuena se produjo el esperado reencuentro y durante cuatro horas los niños por fin pudieron abrazar a su madre, con la que jugaron, rezaron juntos e incluso cantaron con ella. Después de Año Nuevo, se pudo repetir este momento, muy esperanzadaro en lo que respecta a su recuperación. Al comienzo de la terapia no se le permitió recibir visitas ya que el enfoque de su tratamiento estaba centrado en recuperar fuerzas. Ahora, sin embargo, el contacto con la familia parece fortalecer los avances conseguidos, ya que tal y como explica Bunte, forma parte de la terapia familiar necesaria para completar el proceso.
Aunque la Princesa no ha podido estar en fechas importantes, como el cumpleaños de sus hijos, sí ha aprovechado para romper su silencio y reivindicar que sigue presente a pesar de que no pueda acompañarles físicamente. "Feliz cumpleaños mis bebés. Gracias a Dios por bendecirme con unos niños tan maravillosos. Estoy realmente bendecida. Os amo, mamá", escribió cuando los príncipes Jacques y Gabriella cumplieron siete años. También en Nochebuena compartió una original felicitación en la que aparecía la familia retratada en acuarela.
En caso de que la buena evolución de su salud confirmase los rumores, su reaparición tendría lugar en la festividad de Santa Devota, los únicos actos públicos a los que acudió el año pasado. Lucía un abrigo rojo y negro con guantes y boina y cedía encantada el protagonismo a sus hijos, los encargados de prender fuego a una barca en el puerto como manda la tradición. La leyenda cuenta que Santa Devota fue martirizada en 304 en Córcega y se ordenó que se quemara su cuerpo, pero unos cristianos consiguieron huir con él para darle sepultura. Por eso uno de los símbolos más impresionantes de esta cita es el momento, tras la ceremonia religiosa, en el que se quema una pequeña embarcación en el puerto de Hércules, una práctica que reinstauró Luis II de Mónaco durante su tiempo como príncipe soberano.
El mensaje de Charlene de Mónaco estas navidades