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Juntos colaboraron en importantes causas benéficas para hacer de este un mundo mejor, siempre con la mirada puesta en los más favorecidos. A Charlene de Mónaco y Desmond Tutu no solo les unía la tierra, pues ambos nacieron en Sudáfrica, sino también el cariño mutuo y su empeño constante por ayudar a quien de verdad lo necesitaba. Este domingo, la Princesa y el planeta entero están de luto por el fallecimiento a los 90 años en Ciudad del Cabo del arzobispo y Premio Nobel de la Paz en 1984, figura clave e histórica en la lucha contra el 'apartheid' en su país. "Mi querido amigo, te echaremos de menos", comenzaba diciendo la esposa del príncipe Alberto en el sentido homenaje que ha querido rendir al religioso. "Sé que estás al lado de nuestro Padre", proseguía con unas palabras que reflejan la actual fe de la esposa de Alberto de Mónaco. "No olvidaré nunca nuestros buenos recuerdos", expresaba sobre las hermosas y gratificantes experiencias que vivieron el uno al lado del otro.
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El mensaje de Charlene tras conocerse que Alberto y sus hijos la visitarán esta Navidad
"Tu risa permanecerá siempre en mi corazón", añadía Charlene con gran emotividad, para terminar su mensaje con un "descansa en paz". Además de las palabras, ha compartido dos imágenes del pasado en las que aparece con Desmond Tutu, y que reflejan algunos de esos momentos imborrables que quedarán en su mente y su corazón. Echando la vista atrás, concretemente a julio de 2011, ¡HOLA! les contaba cómo Charlene iniciaba entonces su nueva vida como princesa de Mónaco visitando una escuela infantil en Sudáfrica. Aprovechando la estancia en su nación de origen, anunciaba que colaboraría activamente con la fundación del arzobispo, The Giving Organisation, cuya labor se centraba en la batalla contra el SIDA y el bienestar de los más pequeños. Con un 'look' muy natural, sin apenas maquillaje y un sencillo recogido, Charlene se dejaba llevar por su instinto maternal y disfrutaba de la compañía de los niños de la escuela Cotlands.
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Se trataba de una asociación sin ánimo de lucro que se encarga de acogerles y cuidarles tras ser abandonados o sufrir alguna enfermedad grave. Emocionada por sus sonrisas, Charlene se sentaba a su lado y les ayudaba a colorear algunos dibujos. Muchos de ellos no podían creerse que estuvieran junto a ella, y es que por una vez la princesa de sus cuentos se había vuelto de carne y hueso. Después del encuentro, la esposa de Alberto de Mónaco mantuvo una reunión con el arzobispo Tutu y pronunció un breve discurso para alertar de la situación que se vivia en el lugar: "Las organizaciones no gubernamentales han sido duramente golpeadas por la crisis económica global, que afecta a cientos de miles de personas necesitadas en Sudáfrica", denunciaba de forma tajante. Un viaje que Charlene tendrá seguro en la memoria, y más un día como hoy que ha despedido a una persona única a la que estaba muy unida por un objetivo común.
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