La Navidad ya está aquí a pesar de quedar aún algunos días para Nochebuena. Las casas reales han iniciado la cuenta atrás con algunos actos navideños y Mónaco es uno de los lugares que se vuelca con la magia de este mes, con actos como la entrega de regalos en Palacio a los niños monegascos. Este año ha sido muy diferente a los anteriores, porque ni el príncipe Alberto ni la princesa Charlene han estado presentes y han sido sus hijos, los pequeños Jacques y Gabriella, quienes se han hecho cargo de dar los obsequios, con la ayuda de su tía, la princesa Estefanía, y sus primos Camille Gottlieb y Louis Ducruet. En ocasiones anteriores, los padres de los pequeños no se habían perdido este acto de la Navidad monegasca y precisamente el año pasado Charlene impactó con un inesperado y radical cambio de imagen, que fue de lo más comentado.
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El acto, en el que los pequeños han sido los absolutos protagonistas y en particular el Príncipe y la Princesa, de apenas siete años, ha estado condicionado por las restricciones sanitarias actuales. Por eso todos los niños y padres que han participado, independientemente de su edad, han llevado la mascarilla y se ha tomado la temperatura a los asistentes, además de mantener la distancia social. Jacques con parka color verde sobre una camisa de cuadros de lo más navideña y mascarilla negra se ha situado a la izquierda de la mesa para hacer entrega de los regalos, mientras su hermana Gabriella, con chaleco floreado y bordes de pelo llevaba una mascarilla blanca y se situaba a la derecha. Junto a ellos en todo momento han estado Estefanía de Mónaco y sus hijos, Louis Ducruet y Camille Gottlieb.
La ausencia del príncipe Alberto ha sorprendido, pero no la de la princesa Charlene. Regresó a casa el pasado 8 de noviembre tras seis meses en Sudáfrica aquejada de una infección otorrinolaringológica, visiblemente más delgada, y protagonizó un cariñoso reencuentro con sus hijos y su marido en el patio de Palacio. Parecía que con su vuelta retomaría la agenda institucional y se la esperaba con gran expectación en el Día Nacional. Sin embargo, un comunicado oficial confirmó que se retiraba de sus deberes oficiales para recuperar la salud y desde entonces no se la ha vuelto a ver. El príncipe Alberto volvió a desmentir que hubiera una crisis entre ellos y contó que la princesa ingresó en un centro médico de Europa por voluntad propia para solucionar su fatiga.
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Desde que se supo de su ingreso, Charlene ha guardado silencio y solo lo rompió el pasado 10 de diciembre para felicitar a sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, por su séptimo cumpleaños. La Princesa echa mucho de menos a sus pequeños y les mandó la siguiente felicitación: "Feliz cumpleaños a mis bebés. Gracias a Dios por bendecirme con unos niños tan maravillosos. Estoy realmente bendecida. Os amo, mamá". Los pequeños también la extrañan mucho y por eso no dudaron en desplegar unos dibujos desde el balcón de la residencia Grimaldi en el día grande del Principado en el que podía leerse: "Te echamos de menos, mami", "Te queremos, mamá". Alberto de Mónaco aseguró recientemente en una entrevista en Paris Match que sus hijos verán a su madre "en cuanto sea posible". Los niños sabían que la Princesa "estaba cansada. Que no era del todo ella misma", afirmó en la revista People y añadió que "la extrañan, por supuesto, lo comprenden. Los niños de esa edad comprenden".
El último que ha hablado sobre la salud de Charlene ha sido su padre, Michael Wittstock, que en una entrevista en el medio sudafricano You ha explicado que su "hija solía nadar 20 km al día" y que "conociendo su forma de entrenar", sabe que es dura. Michael reconoce que Charlene no está pasando por la mejor situación, pero también conoce bien su carácter, ya que solía entrenarla y seguirla en las competiciones de natación desde que era muy pequeña, y tiene algo muy claro con respecto a la Princesa: "Superará esto y saldrá mucho más fuerte", afirmó con rotundidad.