El drama de la princesa Charlene parece no tener fin. Tras pasar seis meses en Sudáfrica aquejada de un problema de oídos, la esposa del príncipe Alberto de Mónaco ha vuelto a abandonar el principado por motivos de salud. Su estado es uno de los grandes misterios de los últimos meses. Según Bild, se encuentra en una clínica privada ubicada en los Alpes suizos. Aunque esta información no ha sido confirmada por Palacio, el soberano monegasco ha querido aportar algo de luz sobre la situación en una entrevista para Paris Match. “Charlene estaba muy exhausta. Un agotamiento general, físico y moral. Tanto es así que decidimos juntos, y con nuestras familias cercanas, que lo mejor sería que ella pudiera descansar tranquilamente, fuera de Mónaco”, ha explicado.
El jefe de Estado monegasco está al tanto de los rumores que sostienen que, detrás de esta enigmática situación, se encuentra la ruptura del matrimonio. “La princesa no sufre ninguna enfermedad grave o incurable. Tampoco es un problema de pareja. Nuestra pareja no está en absoluto en peligro”, ha dicho.
Otro de los asuntos que el príncipe Alberto ha aclarado es que sus hijos, los príncipes Jacques y Gabriella, a punto de cumplir siete años, apoyan a su madre, que irán pronto a visitarla y que, a partir de ahora, estudiarán en palacio y no en su colegio, la institución François-d’Assise-Nicolas-Barré. “Hemos establecido una pequeña clase reubicada para ellos. No están solos, ya que cuatro de sus compañeros de clase, dos niños y dos niñas, se unieron a ellos con los mismos maestros que si estuvieran en el colegio”, ha comentado Alberto, para quien su familia, al margen de los asuntos de Estado, es “su prioridad”.
En esta entrevista, el soberano también ha querido tener unas cariñosas palabras hacia sus hermanas, las princesas Carolina y Estefanía de Mónaco, quienes se han volcado con la familia en estos momentos tan complicados. “Todos estamos pensando en ella muy fuerte, mientras esperamos su regreso definitivo”, ha finalizado el príncipe Alberto.